Pedro Miranda se dedica a las artes plásticas, aunque siempre ha sido amante de la escritura, por lo que aunque ha escrito varios libros durante su vida, "Manual de Decoración para Personas Abandonadas" es el primero en publicarse.
En este manual se relatan vivencias de su experiencia en involucrarse en las artes plásticas, la organización que creó, así como el viacrucis que ha vivido desde los 13 años de edad, cuando comenzó a perder la vista y los últimos meses perdiendo ambos ojos.
Originario de Salina Cruz, Pedro salió de su lugar natal debido a que los médicos no podían llegar a un diagnóstico certero, pues incluso algunos llegaron a decirle a sus padres que sólo estaba mintiendo.
Es por ello que decidió escribir sus vivencias y Rodrigo Islas de Pandemia Ediciones lo ayudó a que estas experiencias se materializaran en el libro que presentó el pasado 4 de agosto en la capital oaxaqueña.
Movimiento de artistas con discapacidad
Desde 1998, Pedro Miranda dejó su natal Salina Cruz para vivir en la capital oaxaqueña, donde comenzó a trabajar como bibliotecario en la Biblioteca para Ciegos Jorge Luis Borges y fue donde conoció a varios artistas que lo inspiraron para también hacer arte.
Recuerda que de pequeño tenía un diario donde escribía sus pensamientos, pero después lo fue haciendo más público; escribía en suplementos de periódicos, entre ellos esta casa editorial.
Fue en el Movimiento de Artistas con Discapacidad donde le pidieron que escribiera sobre su experiencia como una persona con discapacidad adquirida, por lo que inició a concentrarse en ese tema.
Sin embargo, en junio de 2022 tuvo una infección grave en un ojo, que él no sabía que era común, por lo que le informaron que lo perdería y en enero de 2023 le quitaron el segundo ojo.
“En febrero tenía que hacer algo y recordé que los nueve meses pasados habían sido caóticos y desastrosos, y consideré que tenía que dejar un testimonio”, asegura.
Fue así que comenzó a trabajar con Rodrigo Islas, primero con entrevistas y luego con escritura hasta que se consiguió materializar el Manual de Decoración para Personas Abandonadas.
“Era importante compartir el viacrucis que sufren las personas que adquieren una discapacidad. El ir de médico en médico porque no sabes qué tienes o qué tiene tu hijo. En México, cuando tienes una enfermedad que es desastrosa, debes hacer el peregrinar, pues un médico te dice que no sabe, que vayas con otro”, asegura.
Agrega que algunos médicos le dan un tratamiento que después no funciona y se vuelve un ciclo, dándole un diagnóstico tardío a las personas con discapacidad.
Una discapacidad que se vive diferente
Pedro señala que uno de los errores comunes de la sociedad es ver la discapacidad como una sola. Pues aunque tengan ceguera, cada uno tiene diferentes problemas y circunstancias.
Dónde vive, cómo es la ciudad, cuánto dinero invierte en su saludo y bienestar, si tiene dinero para su discapacidad.
Resalta que de acuerdo con algunos estudios, un mexicano invierte al año el 4 por ciento en su salario en salud, mientras que una persona con discapacidad gasta el 100 por ciento en salud en el mismo periodo.
El artista plástico detalla que además, no todas las personas tienen acceso a la educación, pues al adquirir una discapacidad, suspenden su educación, aunque hay otras que gracias a su discapacidad, comienzan a estudiar; cada persona es distinta.
