SAN ANTONIO DE LA CAL, Oaxaca.- En la segunda casa ubicada en la avenida del Panteón de este municipio, se escucha que alguien golpea un cincel contra un pedazo de hojalata.
Al entrar al lugar, se observa todo un ciclo de trabajo: Elisa, creando un corazón de hojalata y Elizabeth punteando el contorno; Ulises, cortando varias imágenes en un pliego de hojalata; Yaneli, pintando algunas piezas, al igual que Manuel.
Así es como desde hace nueve años, Elisa Reyes y Manuel Martínez se aventuraron a abrir su taller de artesanías de hojalata y aunque ha sido difícil el camino, se han conseguido posicionar entre los artesanos más respetados y conocidos no sólo en el estado y país, sino también a nivel mundial.
Mientras Manuel y Yaneli pintan unas botas con adornos navideños que ya les están solicitando sus clientes, le recuerdan a Elisa que sus artesanías han sido exportadas a Holanda, Francia, Estados Unidos, Alemania, Chile, Colombia, Brasil y Estados Unidos.
Y ella agrega que en el caso de México, han cubierto el 90 por ciento de los estados, ya sea que le han pedido una o se han vuelto constantes.
Inicio difícil
Elisa recuerda que junto con Manuel recorrían las calles del Centro Histórico de Oaxaca para vender sus productos, que en ese entonces eran sólo aretes y admite que no tenían la calidad de ahora.
“Mucha gente no los compraba porque no nos conocía o no les interesaba. Sufrimos porque no reconocían nuestro trabajo, nos querían pagar menos por el trabajo que realizábamos y tuvimos que acostumbrar a los compradores a no regatear y pagar por todo nuestro esfuerzo”, señala.
Afirma que no sabía de costos, términos y otros términos y acciones importantes para que su negocio despegara, pero actualmente ya han superado esos obstáculos y han podido crecer.
Diseños innovadores
Manuel viene de una familia pionera en el arte de hojalata, por lo que junto con Elisa decidieron seguir esa tradición, pero poner su propio estilo para darse a conocer.
Explica que las piezas tradicionales de hojalata son los corazones, del cual tienen 50 modelos diferentes, además de las mariposas, eclipses, relicarios; no obstante, su toque comienza al hacer figuras de Día de Muertos, Navidad, cajas y otros.
Elisa afirma que han innovado al cambiar las tonalidades de sus productos, pintan con otras pinturas que permanecen más tiempo y también agregan sus figuras a petates, canastas de carrizo y hacen joyería con filigrana istmeña.
“Vamos jugando con lo que hay a nuestro alrededor, marcando grecas y todo lo que tenga que ver con la cultura de Oaxaca”, expone.
Reconocimiento de su trabajo
Aunque la hojalatería es una artesanía propia del Valle de Oaxaca, en su caso están asentados en San Antonio de la Cal, donde tienen su taller y les gusta que la gente vea cómo es el proceso y puedan valorar aún más su trabajo.
Elisa asegura que si las personas supieran que para hacer las piezas artesanales se necesitan entre uno y tres días, además de que se han lastimado y desvelado, podrían darle más valor a sus piezas.
“Cuando una persona valora la pieza y no cuestiona el precio, para nosotros es una forma en la que nos dicen ‘valoramos tu trabajo’”, asegura.
Ya que relata que ha habido personas que les dicen que conocen a otro artesano que se los puede dar a un menor precio; sin embargo, ella asegura que les responde “que habrá una persona que sí me lo quiera pagar."
