Citlalli López Velázquez
La noche del 7 de junio, Soledad N. fue asesinada por su pareja Andrés V. M. al interior de su casa, la joven fue privada de la vida, su cuerpo destrozado completamente y colocado en bolsas de plástico. Su feminicidio es uno de los más deshumanos y crueles registrados en Oaxaca, incluso comparable con el de Ingrid Escamilla, asesinada en febrero de 2020 en la Ciudad de México.
Para Atziri Ávila, integrante del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), existe una preocupación grave por la forma en la que son asesinadas las mujeres en la entidad, pues cada cuerpo es un mensaje de todo el odio, la saña y la brutalidad con la que se ejerce la violencia.
Al mismo tiempo -señaló- son indicios de la violencia previa que pudieron haber sufrido como la incomunicación, desaparición, violencia sexual o agresiones hasta llegar a extremos como en este último caso en donde el cuerpo de la víctima fue descuartizado.
“La problemática en Oaxaca es grave, ha sido de preocupación desde hace muchos años para el observatorio, ha sido de preocupación sobre todo por el grado de impunidad porque ha sido permisible la autoridad cuando no se tiene como respuesta el acceso a la justicia hay un obstáculo para la garantía de ese derecho”, dijo.
Las primeras versiones de la detención de Andrés V. M. de 36 años de edad señalan que fue entregado por su familia cuando se disponía a salir de su casa con el cuerpo de su pareja guardado en bolsas negras de plástico y envuelto en una cobija para desaparecerlo.
Por estos hechos, la Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO) inició la carpeta de investigación 20030/FMUJ/UFEM/2022 por el delito de feminicidio. A través de un mensaje en Twitter, la Fiscalía abundó que elementos del Instituto de Servicios Periciales intervienen en el sitio del hallazgo con la finalidad de realizar los estudios de criminalística, químicos y de genética forense que permitan esclarecer el caso.
A su vez, Angélica Ayala Ortiz, presidenta del Grupo de Estudios Sobre la Mujer Rosario Castellanos (GES Mujer), indicó que cada feminicidio es el reflejo de un estado fallido, incapaz de prevenir y atender las violencias que se ejercen contra las mujeres pues son el resultado de omisiones y negligencias que dan como resultado el fin de una vida.
“Las señales están presentes, las violencias que no se atienden se incrementan en frecuencia, gravedad y con una crueldad extrema”, destacó.
De acuerdo con cifras del GESMujer, desde la emisión de la Alerta de Violencia de Género Contra las Mujeres (AVGM) fueron privadas de la vida 429 mujeres.
En este sentido, Atziri Ávila indicó que debe hacerse una revisión a fondo de las acciones establecidas en la declaratoria de AVGCM para saber cuáles han sido los impactos y si realmente se están ejecutando.
La activista defensora de los derechos humanos destacó que es de suma importancia reforzar el mensaje de cero tolerancia y no permisibilidad a la violencia a través de la justicia y reparación del daño hacia las víctimas y sus familias.
