Ser mujer, pobre e indígena, es sinónimo de discriminación, lamento y olvido, sin embargo, hoy por hoy, las mujeres Triquis, Mixtecas y Chocholtecas, se enfocan en evitar que se continué con esa práctica y mentalidad machista, misógina y discriminatoria, que solo daña las posibilidades de crecimiento y desarrollo en la mixteca, cuando todo se logra trabajando de la mano entre hombres y mujeres.
En este día internacional de la mujer, Eugenia García Ballesteros, titular de la instancia municipal de la mujer en la población indígena de Santa María Yucuhiti, Tlaxiaco, Oaxaca,
Sonia García Ángel, originaria de San Felipe de Jesús Pueblo Viejo, Santa María Yucuihiti, Tlaxiaco, Oaxaca y Laritza Avendaño, responsable de la instancia de la mujer en el municipio de Tlaxiaco, han coincidido que se están logrando avances importantes en las comunidades indígenas y en la zona urbana, aunque los índices de violencia han bajado en las poblaciones, es preocupante que estas no se puedan erradicar de manera rápida y existan resistencias.
La violencia y discriminación se ha estado erradicando de manera paulatina de tres formas; la primera es que se ha enfrentado a través del desarrollo en la región y explican que debido a la migración en que muchos hombres dejaron la comunidad por el sueño americano, la responsabilidad quedo en manos de las mujeres y los ancianos, quienes enfrentaron retos de desarrollo en las comunidades, otra, ha sido la lucha constante a través del trabajo organizado en la comunidad, defendiendo los derechos y espacios que le corresponden a la mujer, sin tener que pelear, sino de generar equipo de trabajo con los hombres, la tercer, es que mediante capacitaciones, empoderamiento y talleres, las mujeres se han organizado aún más para enfrentar compromisos que demuestran la capacidad de la mujer mixteca en las poblaciones originarias.
Cuando se presentan cambios de autoridad y existen los presos electorales, siempre se sobrepone la violencia política contra las mujeres en razón de género, sin embargo en las poblaciones originarias esta parte se está superando mediante las asambleas comunitarias donde se determina la participación de las mujeres y cuentan con voz y voto, aunque cabe mencionar que otras comunidades aún se resisten aceptar la gobernabilidad por una mujer.
Para poder avanzar en los pueblos originarios y las zonas urbanas, es necesario localizar los puntos de mayor incidencia para generar estrategias específicas, fomentar la solidaridad y el trabajo comunitario, la participación, confianza, organización, teniendo como consecuencia una gran participación de las y los pobladores, tarea que debe continuar detonando en la mixteca.
