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Misericordia con los migrantes, pide Arzobispo de Oaxaca a feligreses

Arzobispo de Antequera-Oaxaca, Pedro Vázquez Villalobos
Foto(s): Cortesía
Octavio Vélez Ascencio

El arzobispo de Antequera-Oaxaca, Pedro Vázquez Villalobos llamó ayer a los oaxaqueños a ser misericordiosos y compasivos con los migrantes extranjeros en tránsito en esta ciudad para poder ganarse el cielo.

“Toco sus corazones para que en lo personal o en lo familiar, les tiendan la mano y hagan algo por ellos”, afirmó.

Durante la homilía de la misa dominical, oficiada en la conmemoración de la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado “Libres de elegir si migrar o quedarse”, aseveró que la mayoría de los oaxaqueños tienen un familiar migrante en el extranjero y quieren un trabajo y un trato con respeto y cariño para ellos,

 

 

“Queremos que les ayuden, que les abran las puertas, que no los maltraten, que no los persigan, que no los calumnien y que no digan cosas que no son”, añadió.

Por eso, expuso que los oaxaqueños también deben comportarse así con los migrantes extranjeros en tránsito por la ciudad y en otras municipalidades de la entidad.

“Solo queremos que los nuestros sean bien tratados. Y los que van aquí pasando por nuestra ciudad, son maltratados, los juzgamos de criminales, no queremos verlos en nuestra ciudad, no queremos verlos en nuestras calles, nos da repugnancia mirarlos”, agregó.

Incluso, mencionó que algunos quisieran barrer o expulsar a los migrantes extranjeros en tránsito de la ciudad, del estado y del país.

“Ah, pero que no expulsen a los nuestros de allá de Estados Unidos, que no los traten mal, porque son mexicanos, porque es mi familiar.  Y aquí cómo tratamos a los venezolanos, a los nicaragüenses, a los salvadoreños, a los guatemaltecos, a los haitianos, a los cubanos, a los dominicanos y a los africanos, ¿cómo los tratamos? Es para pensar”, cuestionó.

Observó que muchos no quieren a las migrantes extranjeros en tránsito, pero si a los turistas porque dejan dinero al ser negocio su presencia.

“A los migrantes les tenemos que dar, entonces que esos no lleguen, que esos no se paren aquí, que este no sea su camino, que nuestro estado no sea su camino. Y entonces cuál camino quieren que sea, pues hay otros estados que se vayan por Veracruz que se vayan por Chiapas que se vayan por Guerrero, pero que a nosotros no nos toquen. Pero, van a seguir pasando”, anotó.

Detalló que la Arquidiócesis de Antequera-Oaxaca ha ofrecido atención a los migrantes extranjeros en tránsito, en el albergue del Centro de Orientación al Migrante (Comi), pero es un espacio demasiado pequeño.

“Caben 60 o 70 personas, pero no podemos sostenerlos a todos ellos un día y otro día y otro día. Les decimos ‘venga, aquí, va a poder estar este día, va a tener un alimento, pero luego tiene que continuar su camino’ porque van a llegar otros, otros y otros. No podemos más”, señaló.

Subrayó que las autoridades civiles solicitaron apoyo a la Arquidiócesis de Antequera-Oaxaca para albergar temporalmente a los migrantes extranjeros en tránsito en algunos templos, pero no les enviaron alimentos.

“Nos los mandaron, pero no les dieron de comer. Y ellos dijeron ‘estamos cuidando a los migrantes, estamos haciéndole bien a los migrantes’, Pues así no es cuidarlos, creo que eso no es hacer algo por los migrantes. Los mismos migrantes son los que tocan para pedir asilo y alimento. Algo está faltando, no hemos sabido apoyarlos, ni como Iglesia, ni como autoridades civiles. Nos hace falta mucho”, apuntó.

Resaltó que los migrantes extranjeros en tránsito no dejan sus países por gusto, sino a causa de la pobreza, de la violencia, de las persecuciones y de la inseguridad, como han salido muchos oaxaqueños.

“Esa es la realidad que vivimos. Nos cuestiona nuestro Señor y nos dice ¿qué estás haciendo por ellos?, ¿qué estamos haciendo? Ojalá tomemos conciencia y podamos hacer mucho más de lo que hemos hecho hoy”, refirió.

De esta manera, llamó a los oaxaqueños a compartir el pan o ropa con los migrantes extranjeros en tránsito, porque no se van a quedar pobres, sino por el contrario Dios los va a seguir bendiciendo a manos llenas.

“¿Por qué no se desprenden de algo para darlo al migrante que a veces siente frío, que anda con un pantalón todo dado a la desgracia?, ¿por qué no comparten su ropa? No se van a quedar pobres, Dios los va a seguir bendiciendo”, recalcó.

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