La primera vez que Aref conoció la discriminación fue en la primaria a los 9 años. “Recuerdo claramente como la maestra me dijo: las mujeres usan falta y a partir de mañana la traes o te voy a castigar”. Al siguiente día la amenaza fue cumplida.
“Me dejó sin recreo. A partir de ahí, con esas dinámicas fueron metiéndome a un rol y un estereotipo en el que no me sentía cómodo, que no era ahí, pero tampoco sabía cómo nombrarlo”, relata bajo el fresco de la enramada del techo del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) en entrevista para Noticias, Voz e Imagen de Oaxaca.
Aref Azrael tiene 31 años, es psicólogo, es transmasculino y activista oaxaqueño, defensor de los derechos de las personas trans. Fue la cuarta persona en el estado en realizar su cambio de identidad de género y tener un acta de nacimiento que lo reconoce como hombre. Actualmente lleva cuatro años en tratamiento de confirmación de género, es decir procedimiento hormonal para tener características físicas masculinas.
“Para mí ha sido muy soñado tener barba”, expresa y ríe con diversión porque su barba y bigote son unos pelitos salpicados. “Era un sueño, algo imposible hasta que conocí al primer hombre trans”.
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y de Género (ENDISEG) 2022 se estima que el 5 por ciento de la población se identifica como parte de la comunidad LGBTTTIQ+ y que 0.9 por ciento de las personas encuestadas se considera con identidad de género trans.
Sin poder nombrarlo
Aref nunca se sintió identificado con su sexo biológico. Por aquellos años la información era nula y muchos los estigmas hacia quienes no seguían la heteronormatividad.
“Siempre me asumí como una transmasculinidad sin embargo no lo supe nombrar. No había información como ahora. Mi madre tampoco sabía, sí identificaba que había algo ahí y me permitió ser. A mí me gustaba mucho usar ropa que se nombra masculina, juguetes con estereotipo masculino y me dio esta apertura”.
Las personas transmasculinas, explica, son aquellas que al nacer se les impuso el sexo femenino por su genitalidad, pero que no se identifican con el sexo asignado al nacer y recurren o no a procedimientos médicos como el de confirmación de género para tener cambios físicos visibles o internos reversibles y no reversibles.
Luego de que en agosto de 2019 se aprobara el matrimonio igualitario y el reconocimiento de identidad de género en Oaxaca, el primer cambio que hizo Aref fue el nombre.
“Ahí me enfrenté con muchas violencias institucionales porque el personal no había sido capacitado, no había protocolos de atención ni sensibilidad. Ese mismo día que cambié mi acta de nacimiento, la oficial que estaba en ese momento me seguía llamando por mi nombre anterior y mi pronombre anterior cuando yo estaba firmando mi acta de nacimiento con mi nombre masculino, eso fue bastante fuerte para mí”, recuerda.
Además de la insensibilidad del personal su proceso estuvo marcado por muchas inconsistencias. Tardó más de un año nueve meses para poder concluir el trámite en el Registro Ccivil y todo lo que implicaba. Tuvo que meter una queja en derechos humanos que se volvió una carpeta colectiva integrada con otras personas que denunciaron violación a derechos humanos. Esto derivó en una recomendación al Registro Civil.
El camino recorrido llevó a que las personas se acercaran para pedirle orientación sobre el proceso de cambio de identidad de género y en 2022, junto con otra persona no binaria, recibieron el primer fondeo para su organización Oaxatrans para dar acompañamiento y asesoría legal y psicológica a personas trans.
Confirmación de género
“Llevar un tratamiento de confirmación de género en mi vida ha significado renacer a mis 28 años en ese momento. Mostrarme como soy y cómo quiero mostrarme ante lo social, no por ellos, sino mostrar a quien realmente soy”.
El tratamiento para los hombres trans consiste en la inyección de testosterona periódicamente bajo acompañamiento médico porque cada dosis es de acuerdo a cada cuerpo que se determina a partir de estudios de sangre, niveles de testosterona, estrógeno y ginecológicos. El procedimiento -añade- también implica compromiso de autocuidado.
Actualmente existe un protocolo de atención para las personas trans en el sector de salud pública para el acceso gratuito a las hormonas, sin embargo, éste no ha sido respetado en la mayoría de los casos.
De manera privada el procedimiento se puede llevar a cabo con especialistas endocrinólogos, en el caso de Oaxaca hay dos personas quienes lo realizan. En su caso Aref es atendido en la Ciudad de México por la doctora trans Daniela Muñoz quien tiene la primera clínica trans privada.
Lucha, resistencia y visibilidad
Aref Azrael tiene claro que todo el proceso de identidad y conformación de género va más allá de transformar su aspecto físico, para él es lucha, resistencia y visibilidad.
“Para mí es importante hacer visibles nuestra existencia y las necesidades que como personas trans tenemos. Más que personas trans somos personas, seres humanos y como tales queremos tener una vida digna, tener acceso a los recursos que existen en el estado como cualquier otra persona. También es pensar en las generaciones que vienen”.
La Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y de Género 2021 (ENDISEG) señala que el 54 por ciento de la población trans tiene entre 15 y 24 años de edad. De esta, la gran mayoría (más del 70%) traspasa los convencionalismos de género y vive en un género fluido, no binario o agénero.
"Más que personas trans somos personas, seres humanos y como tales queremos tener una vida digna, tener acceso a los recursos que existen en el estado como cualquier otra persona. También es pensar en las generaciones que vienen”.
Aref Azarel
5 % de la población se identifica como parte de la comunidad LGBTTTIQ+.
0.9 % de las personas encuestadas se considera con identidad de género trans.
54 % de la población trans tiene entre 15 y 24 años de edad.
70 % traspasa los convencionalismos de género y vive en un género fluido, no binario o agénero.
