Pasar al contenido principal
x

María José Ramírez retrata una época en obra presentada en Oaxaca

 escritora_mexicana_maria_jose_ramirez
Foto(s): Cortesía
Carina Pérez García

La memoria familiar y la ficción son motivaciones en “Genética de los monos” (Almadía, 2023), primera novela de la escritora mexicana María José Ramírez, quien narra su historia a partir de sus vínculos afectivos. Volviendo al pasado para hacer una colección de recuerdos, ella escribe cómo fueron su infancia y juventud creciendo al lado de su madre, sus hermanas y hermanos, en una casa marcada por el divorcio y la intermitente presencia de su padre. 

En entrevista, la ganadora del Premio Internacional de Literatura Aura Estrada en la edición 2011, surca la memoria para hallar los inicios y los finales. Majo va encontrando su camino y la voz de su cuerpo mientras intenta comprender el sentido de los embarazos, nacimientos, muertes y uniones que cuentan la épica de su manada: esa familia extendida formada por quienes tienen lazos no sólo de sangre, sino también de amor y amistad. 

 

-¿Por qué decidiste abordar el tema de la memoria?

-Comencé a escribir este libro en el 2019. Siempre me ha interesado la memoria y lo autobiográfico; sobre todo en ese momento estaba yo pensando en cómo se construye el discurso histórico y cómo puede ser ficción, como algo que pensamos que es casi casi científico.

 

"Yo estaba indagando, tenía ganas de hacer un doctorado cuando conocí a un escritor que se llama César Tejeda, un experto en autobiografía y entonces resulta que al mismo tiempo habíamos varias escritoras interesadas en el tema y Abril Castillo, que es una escritora que tiene un libro autobiográfico llamado Tarantella (Antílope) organizó este taller y entonces ahí nos juntamos. 

"El interés en la autobiografía tiene que ver con alguna necesidad ahí".

 

-¿Con qué necesidad?

-La de contar algo que nos atravesó, pero lo que es interesante es que cada quien lo aborda de manera distinta y que esa relación como con la memoria y la ficción, es muy variable. En el caso de “Genética de los monos”, no me estorbaba para contar la historia usando mi propio nombre, por ejemplo; es como un alter ego. Hay muchas cosas que son ficción, pero nunca sabremos cuáles.

 

 

-¿Qué número de hija eres? 

-Yo soy la cuarta, tenía un medio hermano que murió y que es parte de por qué escribí la novela; él era menor que yo, murió en el 2019 y yo estaba como intentando escribir un relato que yo ya sabía que era autobiográfico, pero lo que yo quería era separar esta parte que es emocional. 

"A veces la escritura tiene todo el derecho de surgir de una experiencia, pero yo tenía ganas de tomar distancia y construir un relato, así que estaba escribiendo porque además parte de lo que yo quería contar tiene que ver con la muerte de un amigo mío en el 2013 y después murió mi hermano… Hay una parte de la novela que es un relato familiar.

 

"Para mí era muy importante poder construir un espacio al que yo pudiera volver. Y reencontrarme con quienes ya no están y con el pasado también de algún modo, pero sobre todo con mis muertos. Yo creo que tiene que ver con usar la imaginación, pues para acomodar la muerte".

 

-¿Cómo ha sido para ti ver la presencia, cada vez más, de escritoras en las ferias del libro?

-Creo que sí hay más espacio para que contemos nuestras historias; lo que queda también es cómo nos leen y desde dónde. De pronto se piensa que un grupo de escritoras van a leer a otras mujeres, como si no fuera algo que puede leer cualquier persona.

"Y yo considero que no escribimos todas igual y aunque tocamos algunos temas en común, cada una tiene su estilo.

"Creo que es ahí en donde todavía hace falta un cambio. Cómo somos leídas por un lector de cualquier género. Es súper limitante para hombres y para mujeres aspirar a que sólo te lean los de tu género. 

"Yo estoy muy emocionada de encontrarme con los lectores y ver qué les dicen mis obras. Yo estudié Letras y siento que leía un montón de historias de hombres, de experiencias de ellos que yo jamás he vivido, como la guerra por ejemplo… y me he conmovido. O sea, he pensado en que la literatura universal la asumimos siempre como ser la escrita por hombres, pero nosotras nunca tuvimos ese prejuicio".

 

-Claro, el hecho de haber sido escritas por hombres no quiere decir que no te conmuevan…

-Nos conmueven mucho y nos siguen conmoviendo estas historias de cosas que les pasan a los hombres, así que creo que debería de suceder lo mismo a la inversa. Creo que es posible que suceda lo mismo; es cosa de quitarse el prejuicio de la literatura escrita por una mujer. 

 

-¿Qué escritoras te han influenciado?

-Empecé a leer a mis contemporáneas y eso ha sido bien bonito. Leer a amigas y encontrar que es tan diferente o sea que nuestra forma de intelectualizar o de construir la literatura. Me gustan mucho Abril Castillo,  Alejandra Moffat y  Elvira Liceaga.

"Ha sido bien interesante decir: ¡Aquí estamos un montón de mujeres y no vas a encontrar que son textos iguales! Me da gusto que no hemos quitado el dedo del renglón, estamos aquí por las mujeres y es para todos". 

 

-¿Qué ocurrió después de ganar el Premio Aura Estrada?

-Para mí es muy importante porque en el 2011, cuando lo gané, en realidad era muy joven. Para mí ganar el premio fue asumirme como escritora, fue una validación muy importante porque yo estudié Letras, pero como es un mundo muy dominado por hombres, de pronto fue saber que sí puedo. 

 

Conócela 

María José Ramírez nació en la Ciudad de México en 1982. Escribe y dibuja.

Estudió la licenciatura en Letras Hispánicas y la maestría en Letras Mexicanas en la UNAM. Ha dedicado sus trabajos de investigación a Nellie Campobello, particularmente a Cartucho.

En 2011 ganó el Premio Internacional de Literatura Aura Estrada; en 2012 fue miembro del programa de residencias en Santa Maddalena Foundation, en La Toscana; en 2013 fue becaria del Programa Jóvenes Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes. Es mamá. 

Ha colaborado en distintas publicaciones, como la Revista de la Universidad de México, Granta y Tierra Adentro. Dos de sus ensayos se pueden encontrar en las antologías Nada (Alacraña, 2019) y Club de Autobiógrafos Anónimos (Panamá/Alacraña, 2020). 

En 2014 escribió la guía de viajes Tutún (Oink); en 2019 publicó "Los nombres de Nellie" (Alacraña/Libros de Mano) y ese mismo año ilustró la obra "Cómo me convertí a la fe de las lechuzas", de Héctor Rojo (Malabar); en 2023 se imprimió su libro "Treinta especies en peligro de extinción, dos flamingos, una rata, un gato, un burro y dos caballos de colores" (La Duplicadora). 

 

"Escrita con dulzura, honestidad y un gran sentido del humor, esta novela es el retrato de una época, una bella reflexión sobre los afectos humanos y un espejo que nos devuelve nuestro rostro convertido en un mono, un tigre, una serpiente o un mandril. La autora ha construido un altar para el corazón en duelo y la infinita alegría del recuerdo. Un mausoleo hecho de palabras, árboles, fieras y olas del mar, como un homenaje grandioso a la muerte y, por lo tanto, una celebración de la vida".

Noticias ¡Cerca de ti!

Conoce los servicios publicitarios que impulsarán tu marca a otro nivel.