JUCHITÁN, Oaxaca.– Cipriana Montaño Zárate, maestra de la Escuela Secundaria Técnica Número 33 de Unión Hidalgo, cerró las puertas de la institución y se declaró en huelga de hambre, para exigir su reinstalación y el cese al hostigamiento laboral al que está sometida por el resto del personal docente.
Este martes, desde las seis de la mañana, acompañada de familiares y amigos, la maestra de Español e Historia, se plantó en el acceso principal para impedir el ingreso de los alumnos y del personal docente.
Reveló que hace cuatro meses, fue puesta a disposición por el director de esa escuela, Felipe Gómez Villalobos, tras protagonizar un altercado con otro docente, que la había amenazado y violentado.
“Me sentí muy ofendida y le eché agua en la cara; me pusieron a disposición, pero sin sancionar al compañero varón, quien fue el que provocó la agresión y solamente yo respondí. Ahora lo lamento y pido perdón por eso”, dijo.
Desde ese entonces ha vivido un calvario, y pese a que ya dio parte al sindicato de la Sección 22 y a las autoridades de educación, no se le ha dado la atención a su caso.
Indicó que acudió a la Defensoría de los Derechos Humanos y le asignaron una medida de acompañamiento para que sea reinstalada en su lugar de trabajo, tal y como lo venía haciendo hasta antes del altercado, mientras las instancias correspondientes realizaban las investigaciones y sanciones el caso.
“El 11 de agosto pasado, en una última reunión se firmó una minuta de acuerdos con el director jurídico, la jefa de Unidad de Secundarias Técnicas, la abogada de la Sección 22, apoderados del Instituto y me dieron mi hoja de presentación nuevamente; sin embargo, el supervisor de la zona 11, Gorgonio Palma López y el director de esta institución, no han querido acatar”, señaló.
Reveló que el pasado lunes se presentó para iniciar sus labores, pero no le dieron grupos ni horario, pues el director los repartió con los otros trabajadores.
Advirtiendo que no cederá en su demanda, hizo un llamado a las autoridades educativas del estado y a la dirigencia de la Sección 22, para que se investigue este caso y se resuelva el problema, pues asegura que ha sido agredida durante mucho tiempo.
“Me sentí muy ofendida y le eché agua en la cara; me pusieron a disposición, pero sin sancionar al compañero varón, quien fue el que provocó la agresión y solamente yo respondí. Ahora lo lamento y pido perdón por eso”.
Cipriana Montaño Zárate, Maestra de la Escuela Secundaria Técnica Número 33 de Unión Hidalgo
