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Lo que hay detrás de la cempasúchil; un ritual de cultivo en Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Aleyda Ríos

Para que el cultivo de la cempasúchil en México pueda preservarse, es necesario que existan manos dedicadas a cuidar su crecimiento, como las de los agricultores de Oaxaca. Pero con el tiempo la producción de esta flor se ha dificultado.

Factores como la pandemia, inflación y cambio climático han perjudicado el trabajo de quienes se dedican al campo, dando como consecuencia la disminución del cultivo de las flores emblemáticas del Día de Muertos. 

En el municipio de San Antonino Castillo Velasco todavía pueden verse algunas hectáreas florecer tanto de cempasúchil como de borla, conocida también como “flor de gallo” y los trabajadores de la tierra como Don Artemio, Don Felipe y la maestra Martha, preservan con lo que pueden la técnica del cultivo. 

Este grupo de agricultores ha trabajado con la cempasúchil y borla desde hace ya varias décadas. Don Artemio, de 72 años, afirma que las cultiva desde que era niño y explica que aunque es cada vez más difícil, aún logra florecer los campos con los cuidados que se le inculcaron, desde que México era el principal productor. 

México, de productor a consumidor 

El país dejó de ser potencia en el cultivo de cempasúchil desde el año 2000, hasta que una empresa de la India se interesó en la creación mexicana de la flor transgénica y se convirtió junto con China y Perú en los principales productores. 

El laboratorio Bioquimex que se había encargado de crear un tipo de cempasúchil para la agroindustria, fue vendido al extranjero y a los pocos años se empezó a trasladar el esquema productivo a otros países.

Para México, la producción industrial de cempasúchil dejó de ser sostenible, por lo que se terminó optando por la compra de semilla extranjera, lo que también debilitó el del cultivo de la flor criolla y por esta razón que ya no es fácil encontrar sembradíos cuando llega la temporada. 

Agricultores como los del municipio de San Antonino, afirman que el panorama de hoy en día en cuanto al cultivo ya no es como antes. Las cantidades de flores que logran sembrar son menores y los esfuerzos, mayores. 

Lo que implica obtener la inflorescencia

Para que en el municipio de San Antonino Castillo Velazco se logre un favorable retoño de flores de muertos, los agricultores invierten pesadas horas de trabajo en el cultivo en donde no solo implica sembrar las semillas sino que la técnica y los cuidados son vitales para la inflorescencia.

Don Armenio Hernandez explica que se necesita de varios recursos como la semilla criolla, el ciclo de la luna y la polinización de las abejas.

“El cempasúchil tarda en crecer aproximadamente 60 días, nosotros procuramos en los tres días de luna llena de ese periodo, extender la producción. La abejita también nos ayuda, sobre todo para sacar tanto cempasúchil como cresta de gallo de varios colores”. 

Todo para poder venderlo en solo unos cuantos días del año y obtener pocas ganancias, de las que la mayoría de las veces les da únicamente para vivir al día, pues no reciben ningún tipo de apoyo por parte del gobierno estatal, ni federal. 

“Nosotros comemos con el propio sudor de nuestra frente, siempre andamos en el campo, aunque es muy bonito, no es redituable, todo lo que se necesita para la cultivada es caro, electricidad, el barbecho, la semilla…”, dijo Don Artemio.

Una alternativa ante desfavorable panorama

La producción de estas flores en Oaxaca con el tiempo se ha dificultado debido a factores como la inflación, las sequías, el cambio climático, lo que provoca la reducción de abejas, además de la disminución de personas interesadas en dedicarse al oficio de la agricultura.

“La cosa ha cambiado bastante, antes se sembraba por hectáreas, lo que tenemos ahorita es muy poquito comparado con lo que sembramos años atrás, actualmente la comercialización pues se ha reducido y es más el tiempo de sequía que de lluvias”. explicó el señor Felipe. 

Como si no fuera suficiente, la pandemia fue un duro golpe para su trabajo y economía, por lo que decidieron impulsar una iniciativa que les ayudara a dar a conocer su trabajo y, al mismo tiempo, generar un ingreso.

Es por ello que nació el “Festival del Corte de la Flor de Gallo”, la cual celebran del 23 de octubre al 3 de noviembre.

“Nosotros nos sustentamos solo del campo, vendemos lo que cultivamos, por eso invitamos a toda la población a que venga a este festival para que conozcan el trabajo local, a que escojan su flor y a que visiten nuestro pueblo”, invitó Don Felipe.

Cuando se piensa en conseguir suficientes flores de cempasúchil para adornar el altar de la sala, del trabajo y de la escuela, para colocarselas a nuestros familiares en el panteón y para los tapetes, difícilmente se es consciente de todo el proceso que se requirió para que pudieran nacer y preservar la tradición.

 

Para saber: 

 

  • Cempasúchil viene del Náhuatl cempoalxóchitl  y significa “La flor de los 20 pétalos” 
  • El cempasúchil es una fuente importante de carotenoides, que son pigmentos liposolubles naturales, los cuales se utilizan principalmente para el sector avícola, ya que es lo que le da color a la yema de huevo. 
  • De 1960 a 1990 México controlaba la agroindustria de los carotenoides, de acuerdo con Forbes. 


 

Numeralia 

 

  • México cuenta con 35 especies de cempasúchil de las 58 que existen en el continente Americano.
  • China cuenta con el 75% de la producción de cempasúchil a nivel mundial 
  • India con 20%
  • Perú con 5%
  • Del 23 de octubre al 3 de noviembre, celebran el Festival del Corte de la Flor de gallo en San Antonino Castillo Velazco.

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