TEHUANTEPEC, Oaxaca.- Vuelve la Vela Sandunga, una fiesta que se califica como elegante y "glamurosa", pero también como clasista y elitista en la región del Istmo de Tehuantepec. Cada año, esta celebración no solo conmemora el aniversario del entrañable son cuya autoría se le atribuye a Máximo Ramón Ortiz, sino que por décadas ha sido el escenario para que políticos y aspirantes electorales pasen lista de presente ante el público que acude a la celebración por tradición.
El número de asistentes ha rebasado, incluso, la capacidad del recinto donde se realiza: la explanada del palacio municipal de Santo Domingo Tehuantepec; en la actualidad, el espacio es intervenido, lo que ha dado como resultado que el aforo de la Vela Sandunga se vea reducido hasta en un 50 por ciento.
Al respecto, la presidenta municipal Vilma Martínez, informó en entrevista ante medios de comunicación que solo habrá 100 mesas disponibles con capacidad para 10 personas cada una. Anteriormente para esta celebración emblemática de mayo se ocupaban hasta 250 mesas.
Para conmemorar el 70 aniversario de este Vela y 170 años del canto inmortal de la Sandunga fueron dispuestos de mil lugares en total.
El esplendor de la Vela Sandunga revivirá la noche del 27 de mayo en la que la música será el ingrediente principal. Los bailes regionales serán también parte de un misticismo que envolverá una de las costumbres zapoteca de Tehuantepec.
En el 2022 por tercer año consecutivo no se llevó a cabo la vela, debido a la falta de condiciones, sin embargo, se realizaron los actos protocolarios de esta importante festividad, entre ellas, la elección y coronación de la reina de Vela Sandunga.
El pueblo de Tehuantepec le ha rendido homenaje con vehemencia de manera especial en dos ocasiones, en la celebración del primer centenario que se festejó en mayo de 1953 y en su 150 aniversario que se conmemoró en el 2003.
La Vela Sandunga atrae cada año a miles de visitantes de todo el país como a nivel local, pues un sector le considera la más representativa en la región del Istmo por su belleza y tradición con el que se realiza.
El “canto sublime, de alegrías y de penas” se manifestará el último sábado de mayo, cuando cientos de mujeres ataviadas con el tradicional traje de tehuana, acompañan a sus esposos, vestidos de pantalón negro y guayabera para dejarse llevar por la nostalgia de la Sandunga.
