Citlalli López
Casi en su totalidad el arbolado urbano de Oaxaca se encuentra enfermo.
Sus invasores son la mosquita blanca y el pulgón, ambas plagas migraron del campo a la ciudad.
El ingeniero agrónomo y especialista en parasitología, Jorge Luis Cruz Alvarado indicó que ante la reducción de la agricultura en los Valles Centrales los parásitos antes mencionados viajaron en busca de alimento y actualmente tienen asoladas a las diversas especies de la Verde Antequera, desplazando incluso al muérdago.
Desde hace tres años ante el desconocimiento y negligencia de autoridades en la materia, el ambientalista y también presidente de la Asociación Civil “Oaxaca fértil” lamentó que no se tome en serio el riesgo que corren los árboles de los principales parques de la Ciudad Patrimonio de la Humanidad, al no contar con especialistas, ni destinar recursos al rescate de los “pulmones” de la capital.
Una muestra de la letalidad de estas plagas ha sido la caída de los ejemplares en distintos puntos de la ciudad, la más reciente fue la pérdida del árbol histórico en el Paseo Juárez “El Llano”, aunque no es el único amenazado.
Un símbolo de la ciudad, el centenario laurel de la India del zócalo capitalino, que enmarca los conciertos “Bajo el laurel”, es un árbol enfermo que también puede venirse abajo, sin que nadie haga nada al respecto, informó el investigador.
Recordó que hace unos años se cayó el emblemático árbol “Higo del valle”, sembrado por José María Morelos y Pavón en 1812 —según historiadores—, que en el año 2018 se derrumbó sobre dos autos estacionados a un costado del parque “El Llano”.
"Pudo prevenirse caída de árbol"
Lamentó que la historia se repita, hace una semana otro árbol del Paseo Juárez “El Llano” colapsó sobre un vehículo estacionado.
Éste pudo haberse salvado desde hace un año, ya que él personalmente informó a las autoridades municipales del riesgo latente.
“Si hubiera recibido la atención oportuna y la poda inteligente, aún estaría en pie, ya que las plagas más el peso de una enredadera “Copa de Oro”, contribuyeron a su desplome.
Cabe mencionar que la mosquita blanca, presente en los sistemas de producción agroalimentarios, con el tiempo se volvió una plaga urbana, y por lo cálido de las ciudades invadió parques y jardines.
Se trata de un insecto de aproximadamente un milímetro de ancho por tres milímetros de largo, con un ciclo de vida de tres semanas en las cuales produce cerca de 500 huevos.
Es una plaga que succiona la savia y absorbe constantemente los nutrientes de la planta.
Mientras que el pulgón es un insecto pequeño que se alimenta de la savia de los tallos y las hojas, dándoles una coloración amarillenta a las hojas, lo cual hace que los ejemplares enfermen hasta aniquilarlos.
