Aunque el objetivo del negocio de Jorge era otro, el que actualmente dirige le agrada mucho y ha tenido muchas satisfacciones con ello, pues constantemente crea sabores de helados únicos en Oaxaca y además, tienen un modelo de inclusión laboral en este emprendimiento.
Jorge Hernández se ha dedicado a la cocina por más de 10 años, pero desde hace tres años y medio comenzó el proyecto de heladería teniendo como objetivo realizarlos sin productos lácteos y teniendo ingredientes 100 por ciento de fruta natural que dependen de la temporada.
Actualmente cuenta con 80 sabores que ha tratado de no repetir y aunque en un principio pensó en un negocio de barra de cereales, una semana antes de comenzar con el primer proyecto decidió hacer helados; ahora es un gran proyecto.
En cuanto a la inclusión laboral, expone que esto nació desde hace un año y medio a través de crear ideas y siendo orientado por personas, por lo que actualmente trabaja con Emmanuel y Karla, personas con discapacidad auditiva.
Explica que esta recomendación de emplear a personas sordas fue de alguien que se dedicaba a desarrollar proyectos en empresas grandes y empezaron a definir qué rubro podrían tomar para su emprendimiento.
“Me dijo que yo no tenía mucho conocimiento, que la inversión sería muy grande si empleaba personas con otra discapacidad y era adecuado comenzar con personas sordas que se esfuerzan y dan una entrada a la inclusión laboral”, señala.
Jorge recuerda que él no sabía Lengua de Señas Mexicana (LSM), pero se inscribió a una escuela y también con la práctica con Emmanuel y Karla, por lo que asegura que “al incluir a personas con discapacidad, nosotros también nos estamos incluyendo en su dinámica”.
Jorge asegura que a través de generar empleos se dignifica a las personas con discapacidad, ya que ejercen su derecho de trabajar, desarrollar actividades, tener un salario, útiles y recompensados.
“Desde ahí se dignifica la palabra discapacidad, además de que nadie está exento de tener una discapacidad adquirida por un siniestro o enfermedad; debemos empatizar que todos somos de la misma comunidad”, subraya.
El emprendedor recuerda que él no tenía los conocimientos que ha adquirido y lo mismo con Emmanuel y Karla, quienes también continúan aprendiendo, tanto lengua de señas como en educación regular.
Lamenta que en las instancias gubernamentales aún tengan barreras con las personas con discapacidad, pues recientemente no pudieron recibir una capacitación, debido a que no contaban con intérpretes de LSM para capacitarlos.
“Hay obstáculos absurdos, viniendo de instituciones, que no puedan ayudarnos a atender solicitudes que ellos mismos nos exigen”, manifiesta.
Comparte que las personas se comunican con Emmanuel y Karla con una libreta, hay otras que hacen el intento de señalar o aprender algunas señas o incluso van a practicar o se acercan sordos al lugar.
También relata que personas como proveedores y recolectores de basura ya saben que tienen que comunicarse de una manera diferente con ellos, lo cual también es un gran cambio.
Aunque Jorge brinda una experiencia diferente de venta, él siempre recuerda que deben ser rentables, que el negocio por el que ha trabajado por tantos años sigue caminando, creando ideas y seguir creciendo.
“Queremos seguir creciendo, tanto ellos desarrollándose en un ambiente laboral como nosotros seguir creciendo como negocio”, agrega.
Agrega que el proyecto de inclusión que tiene en su negocio, puede ser un parteaguas para que más empresas y emprendimientos se atrevan a intentarlo, además de ver los beneficios que pueden conseguir al integrar a personas con discapacidad.
El emprendedor comparte que le ha platicado a otros emprendimientos sobre su proyecto y también están interesados en agregar la inclusión laboral a los modelos de negocios.
Incluso, asegura que el tener a Emmanuel y a Karla en su negocio le sirve de motivación, ya que aunque a veces estén en números rojos debido a las bajas ventas, recuerda el modelo de negocios que tiene y lo que impulsa.
“La idea y motivación es más grande; me beneficia a mí, no veo que yo les esté haciendo un favor, sino que todos nos apoyamos para crecer el proyecto”, comenta.
- 3 años tiene el negocio de Jorge
- 80 sabores tiene actualmente
- 2 personas con discapacidad tiene en su negocio
- 18 meses tiene con el modelo de inclusión laboral
