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Huipiles "pirata": un golpe a las artesanas del Istmo de Oaxaca

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Foto(s): Cortesía
Gerardo Valdivieso Parada

JUCHITÁN, Oaxaca.- Hace algunas décadas se veía como de mal gusto llevar una prenda hecha a máquina y/o industrializada; con el tiempo, estas "burdas" prendas han ido introduciéndose en el atuendo diario de las istmeñas, lo que ha generado una competencia desleal contra las artesanas bordadoras.

Las redes y su poder

El prestigio y elegancia de las prendas istmeñas ha llevado a que sean muy demandadas en el resto del país y en el extranjero; para ello, revendedores, empresarias de los trajes y algunas artesanas utilizan las redes sociales para ofertar sus prendas.

La venta de la vestimenta tradicional ha sido tan exitosa que han proliferado tiendas que explotan la diversidad de modelos de los huipiles, técnicas, modelos, modas y colores. Incluso, por redes sociales, se revenden los huipiles viejos como huipiles “antiguos” comprados a las ancianas o sus herederos en unos pesos o de plano en las casas de empeño, para revenderlos al doble o triple de su precio.

En las redes sociales, la desventaja de las artesanas ante la piratería de los productos industriales es más amplia, ya que las clientas por redes sociales son en su gran mayoría gente de fuera que desconoce las diferencias entre una ropa tradicional hecha a mano a una hecha a máquina.

Este desconocimiento de técnicas, modelos que diferencian los trajes y huipiles de pueblos zapotecos, mixes y huaves ha creado un gran mercado en donde hasta los empresarios de los huipiles venden todo tipo de huipiles a la demandante clientela fuereña.

Incluso, al lado de las hechas a mano, ofertan las hechas a máquina. Negocio es negocio, y depende de la economía, pero la mayoría de la clientela local conoce la diferencia y lo adquiere por su precio bajo. No sucede lo mismo con la clientela que no es del Istmo que le da lo mismo un huipil característico de las huaves, mixes o zapotecas.

 
El esfuerzo

Ante la preeminencia de los trajes hechos de manera industrializada que logran vender a personas de fuera prendas que duran poco y que no valen su precio, colectivos de los pueblos tratan de combatir el avance de la piratería aconsejando a las personas a través de las redes sociales las diferencias entre una ropa original hecha manualmente y las industrializadas, a través de algunos detalles que pueden detectar fácilmente.

Es el caso de San Juan Guichicovi, que ha sido reconocido por la elaboración de huipiles de cadenilla en máquina de pedal, y que ante el surgimiento de talleres con máquinas bordadoras industriales que elaboran prendas que simulan ser la puntada de cadenilla han dado a conocer un manual para encontrar las diferencias a la hora de adquirir y usar un huipil.

Las diferencias

De inicio, dan a conocer la diferencia entre la maquina industrial y la máquina de pedal; mientras la primera simula la cadenilla que se programa por computadora, que con solo dos personas logran una producción de cien prendas en un día, la segunda funciona sin electricidad, ya que la artesana la manipula con los pies hasta formar complejas figuras y que los huipiles más sencillos requieren de dos a cinco días.

Los huipiles industriales, para ahorrar hilo, solo borda el frente, mientras el huipil elaborado por las artesanas es un solo lienzo que cubre pecho y espalda. Las industriales necesitan una base o pellón al reverso de la tela para fijar las figuras bordadas, mientras que el artesanal no lo utiliza.

Manos del Mar

De su lado, Ana Laura Palacios, coordinadora de la tienda virtual “Manos de Mar”, que promueve textiles elaborados bajo un trabajo en conjunto con artesanas y artesanos de San Mateo del Mar, en su página electrónica expuso un documento llamado ¿Cómo reconocer un huipil de cadenilla artesanal a uno industrial?, en el que describe con textos y fotografías, sencillos pasos de cómo identificar la apropiación cultural inadecuada.

En esta información, detalla que la cadenilla tradicional se forma con pequeñas cadenetas; "al ver la prenda, ves que van formándose pequeñas cadenas, mientras que la prenda industrial no está conformada por cadenetas sino por puntadas muy tupidas y distorsionadas".

La mayoría de los folletos informativos recomienda voltear la prenda para conocer la forma en que fue realizado; en la artesanal se ve la mano y los trazos de la artesana en el entramado que sostiene las flores o las grecas, según el caso.

Para saber

Ana Laura Palacios, coordinadora de la tienda virtual “Manos de Mar”, que promueve textiles elaborados bajo un trabajo en conjunto con artesanas y artesanos de San Mateo del Mar, en su página electrónica expuso un documento llamado ¿Cómo reconocer un huipil de cadenilla artesanal a uno industrial?, en el que describe con textos y fotografías, sencillos pasos de cómo identificar la apropiación cultural inadecuada.

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