Hospital General de Oaxaca, casi sin comida por deudas a proveedores

Texto y fotos: Nadia Altamirano Díaz

El menú del desayuno de este viernes para 150 pacientes del Hospital General Doctor Aurelio Valdivieso fue enfrijoladas, pero ayer faltaba uno de los tres litros de aceite que se requerían para prepararlas. Por la falta de liquidez y deudas, los proveedores no surten más que lo mínimo y el almacén de víveres está casi vacío.

Entre el miércoles y el jueves las y los médicos internos de pregrado, al igual que los residentes, fueron los únicos que se han inconformado por recibir una ración mínima de comida y a veces “alimentos que no son deseables” durante sus guardias de más de 36 horas.

En cartulinas, a manera de protesta, médicos residentes escribieron las tres dietas que reciben como menú en un día: queso remojado en salsa y un pan duro como desayuno: arroz con una cucaracha y un pedazo de carne como comida: y tres rollos de jamón y una tortilla para la cena.

Mientras alrededor de 90 médicos y médicas residentes están en el auditorio en una asamblea permanente que iniciaron este jueves y una comisión en mesas de negociación, el personal del área de cocina trata de cumplir con un menú sus labores con lo poco que recibe: papas a la mexicana, una ración de queso, fruta cocida y una tortilla.

A veces en la dieta no se incluye el pan dulce o la fruta para el personal, porque prácticamente todo lo que aquí se come “es fiado” por los proveedores.

Una de las trabajadoras del área de cocina entiende las exigencias de residentes e internos, pero personas como ella cocinan con lo que se saca de un almacén de víveres vacío.

“No tenemos víveres, a veces no tenemos fruta para pacientes o personal”, opina una trabajadora que inevitablemente compara los tiempos en que directivos podían disponer del dinero que se cobraban de las cuotas de recuperación y hacer compras emergentes.

Años atrás el almacén de abarrotes se mantenía al 90 por ciento de abasto, pero ahora no se tiene ni lo esencial para que la cocina de este nosocomio opere sin contratiempos.

“Nos falta aceite, arroz, frijol, azúcar, avena, maicena, gelatina, lo que es esencial para darle a los tres turnos de servicio de cocina”, expresa Óscar Tapia al mostrar el interior de un pequeño almacén que recién recibió bolsas de café molido.

En el carro donde en unas horas se entregarán los víveres para la comida siguiente faltan cuatro de los ocho kilos de arroz, además de plátano macho y manzana.

La mayoría de alimentos frescos se compran con un día de anticipación o unas horas antes, lo que no justifica que no haya manzanas para papillas u otros insumos.

“La situación ha ido empeorando año con año que el presupuesto disminuye y nosotros enfrentamos las trabas al momento de surtir porque los proveedores argumentan que no les pagan”, explica José Manuel, trabajador del área de almacén.

De la fruta que se solicita, los proveedores entregan el 40 o 50 por ciento y en el momento de preparar los menús “se le da prioridad al paciente y no al personal”, ya que el tiempo en el que había suficientes alimentos quedó atrás.

La mente de Adelina sólo está enfocada en recibir el alta de su hija Dafne, de 19 años que 24 horas antes tuvo su primera hija. En el patio del hospital come lo que puede y acepta sentarse o dormir en el suelo porque no le cobrarán nada.

De haber ginecólogo en el Centro de Salud con Servicios Ampliados de San Francisco Telixtlahuaca, a 17 kilómetros de la comunidad de Las Trancas, ni Adelina ni Dafne hubieran tenido necesidad de recorrer otros 38 kilómetros para llegar al Hospital Valdivieso.

“Me la enviaron acá por falta de ginecólogo, la mandaron a valorar, pero al final de cuentas me la atendieron aquí”, dice ansiosa de que su nieta y su hija obtengan el alta hospitalaria.

Las carencias que enfrenta el Hospital General Doctor Aurelio Valdivieso dejaron de interesar a las autoridades. Ni su directora, Eugenia Ruiz Dávila, ni la titular de los Servicios de Salud de Oaxaca, Virginia Sánchez Ríos, han hecho referencia a un plan de atención de inconformidades que no dejan de emerger.