Alexei García
Hefesto para los antiguos griegos era el Dios de la forja y el fuego, así como de los herreros, los artesanos, los escultores, los metales y la metalurgia. Desde aquel tiempo los conocimientos de la este oficio se han ido heredando, de generación en generación. En Oaxaca también se ha conservado esta tradición, tal es el caso de los hermanos Porfirio Ricárdez Contreras y Gonzalo, de iguales apellidos.
El inicio de su tradición
Fue el abuelo de Porfirio y don Gonzalo quien comenzó con la tradición de la herrería, que enseñó a su hijo y éste continuó con la tradición al enseñar la forja a estos maestros de la técnica.
En palabras de Porfirio Ricárdez: “lo tuvimos de herencia familiar porque mi papá trabajó la herraría, que esa época era encargada por gente del campo, más que nada, como piezas, como por ejemplo marquesotas, cinceles, cuñas, zapapicos, barretas, y ya después se fue evolucionando hasta ya empezar a ser barandales, rejas o pequeñas piezas artísticas, según las necesidades del cliente o la idea que uno quiera expresar en el acero, en el metal”.
Continúa: “Yo nací prácticamente en el taller, viendo, desde pequeño aprendí algunas cosas y luego ya poco a poco fui haciendo de manera practica y ya las técnicas, las veía yo de mi papá o de mi hermano, como las hacían y practicándolo y haciendo ayuda con ellos, cuando era necesario”.
El hermano mayor de Porfirio, don Gonzalo Ricárdez Contreras, tiene 50 años de experiencia en la herrería forjada, actualmente cuenta con 71 años. Aseguró que al parecer, está será la última generación que se dedica a la herraría, él no tiene descendencia y Porfirio tiene hijas.
Un llamado a las autoridades
Gonzalo Ricárdez pidió a las autoridades que se promueva el reconocimiento de la época de oro de la herrería en Oaxaca, que fue durante la Colonia, pues considera que debe existir un catálogo de piezas significativas.
Además destacó que el acero, el fierro, ha incrementado su precio más del 100%; “el alza de este material no se detiene”, aseveró y afirmó que a esto se debe el aumento de precios.
Don Gonzalo aseguró que en esta pandemia de COVID-19 sus ventas de piezas se redujeron en un 80%, por lo que ha sido una temporada difícil para ellos, quienes apenas ven un aumento del 10 al 15% en estos días.
Un oficio en vías de extinción
“Yo lo que quiero dar a conocer es que ya en la actualidad este oficio está tendiendo a desaparecer un poco, debido a que se llevan muchas horas de trabajo, días y su precio se establece por el tiempo de hechura, que en algunos casos, utilizando las técnicas antiguas, por ejemplo de forjado en la fragua, perforado, remacharla y darle un pavonado, algún acabo especifico, implica tiempo”, aseveró Porfirio.
“En la actualidad la gente las encarga menos; a mí lo que me interesa es dar a conocer el oficio para que la gente vea cómo se trabaja, cómo se hace y que hay que ser creativo; tener una idea base e ir la diseñando, modificando, hasta que uno tiene la pieza que ya está bien terminada”, destacó.
Su trayectoria
“Se trabajó en principio con la dependencia de Edificios y Monumentos, encargada de restaurar la diversidad de templos construidos en la época colonial en el estado de Oaxaca”, expresó don Gonzalo.
“Aquí en la ciudad hemos participado en las restauraciones que ha habido en Catedral, en lo que conocemos como la Casa de Cortés (MACO), en el hospital José Vasconcelos, y hace aproximadamente 20 años que se hizo la restauración integral del Ex Convento de Santo Domingo, se participó por unos, dos, tres años y después el mismo equipo de arquitectos pasó a los grandes conventos de la Mixteca, que se encuentran en Teposcolula, Yanhuitlán y Coixtlahuaca”, puntualizó.
“Se hizo un aproximado de 15 años esta restauración, en diversas etapas, aunque es lamentable que ya están suspendidas actualmente, no se llegaron a terminar, al menos en Coixtrlahuaca faltó mucho por hacer”, refirió.
