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Hacer Tequio, con hilos construyen anhelos por un río Atoyac limpio

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Foto(s): Nadia Altamirano Díaz
Nadia Altamirano Díaz

Un ahuehuete coloreado de café y verde del que surgen peces en agua clara que hoy es imposible ver por la negrura y contaminación del Río Atoyac, es como empieza a construirse la serie colectiva en gran formato en manta al que incita el colectivo Hacer Tequio para reiterar el derecho al agua que toda persona tiene.

El afluente de imágenes están coloreadas con hilo en una larga manta que todavía no saben cuántos metros medirá de largo, pero que se centra en las imágenes de un río que hoy no son posibles de disfrutar por la añeja y severa contaminación.

Con punto de cadena y punto atrás, dos sencillas puntadas que domina, Rosa ha dibujado lo que en su imaginación cree debería tener el Río Atoyac, como patos y peces, en vez de los agujeros de arena que han dejado quienes extraen material pétreo, la vegetación ennegrecida por incendios constantes o el fétido olor por los lixiviados y aguas negras que le restan vida.

A pesar de ser la participante de mayor edad en las sesiones de bordado que desde noviembre impulsa Hacer Tequio en diferentes agencias municipales de Oaxaca de Juárez, Rosa no recuerda un Río Atoyac Limpio.

“Tengo 72 años, pero el río lo conocí hace 30 años porque antes viví entre las montañas mixtecas, cuando llegué a vivir a Oaxaca de Juárez ya estaba contaminado”, dice con decepción una mujer que como el resto de la población de este municipio resiente que la escasez de agua para las actividades cotidianas.

 

 

Contaminación sin freno

El Río Atoyac, junto con el Salado, conforman las microcuencas Alto Atoyac, Bajo Atoyac y Río Salado que interactúan con 121 municipios de Valles Centrales.

Que cerca de estos afluentes se descarguen las aguas residuales y residuos sólidos de los asentamientos urbanos más grandes propició que desde décadas atrás su capacidad de autodepuración quedara rebasada.

La contaminación no sólo está en las aguas negras que conduce el Río Atoyac, sino en los mantos freáticos de donde se sigue extrayendo agua a través de pozos cada vez más profundos.

A Marbella, integrante de Hacer Tequio, ya le tocó ver el Río Atoyac contaminado, con escasa vegetación y especies acuáticas.

“Hay especies endémicas en peligro de extinción en el cauce del Río”, compartió a las y los participantes en la más reciente sesión de bordado que realizaron en la Universidad Autónoma Comunal de Oaxaca-Valles Centrales.

“Si los peces killis oaxaqueños (Profundulus oaxacae) no han desaparecido “es porque soporta vivir en aguas contaminadas”, pero aún así ya está en peligro de extinción en el Río Atoyac.

 

 

Recuerdos de un río sucio

Úrsula, una antropóloga de 40 años que ha participado en dos sesiones previas porque considera necesario el trabajo de recuperación de la memoria del Río Atoyac que realiza Hacer Tequio sólo tiene recuerdos de éste ya contaminado.

“Mi padre Salvador es quien recuerda que se podía ir a nadar porque había agua limpia”, un derecho al agua que a ella ni a ninguna persona en la época reciente pudo ejercer de esa manera.

Marisol, integrante también de Hacer Tequio tiene recuerdos infantiles de un río ya sucio porque cerca de éste vendían unos familiares.

 

 

Arte bordado para sanear la memoria

Fotos antiguas sublimadas (técnica que permite transferir una imagen en tela) en manta para después colorearlas con hilos en tonos azules, verdes o amarillo, son algunas de las 20 pequeñas piezas bordadas que ya se han juntado en cuatro sesiones previas.

Las sesiones de Hacer Tequio son parte del financiamiento con recursos del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico en la categoría de Producción Artística Colectiva de Artes y Tradiciones Populares de la Secretaría de Cultura y el Gobierno de Oaxaca.

“Se ha intentado con convives y agencias hacer alguna sesión en la orilla del río, pero la gente ha rechazado por el principal motivo de que es incómodo”, reconoce Mariana García, integrante de Hacer Tequio.

Los recursos que reciben por el auspicio federal y estatal permiten que cada participante reciba un aro para bordar, aguja, hilos y un pedazo de manta para que tengan el material en casa y puedan hacerlo cuando deseen.

Además del material que se entrega se propicia un aprendizaje comunal, donde las y los asistentes platican sus recuerdos, pero sobre todo lo que anhelan ver en un Río Atoyac contaminado sin una acción a fondo de saneamiento.

Este río de tela que ya se empezó a construir se presentará el próximo 20 de abril al margen del Río Atoyac, en un intento por sanear la memoria porque no hay acción próxima que indique que su contaminación se podrá frenar ni mucho menos revertirse.

 

 

El Río Atoyac

  • Es uno de los principales cuerpos de agua en la entidad.

  • Su nombre de origen náhuatl significa Agua que corre.

  • Nace en el municipio de San Francisco Telixtlahuaca, en el Valle de Etla; atraviesa Oaxaca de Juárez y Santa María Ayoquezco, para después unirse con el Río Verde.

 

¿Qué lo ha afectado?

  • Desechos sólidos.

  • Extracción indiscriminada de material pétreo.

  • Lixiviados.

  • Descarga de aguas negras.

 

 

“Tengo 72 años, pero el río lo conocí hace 30 años porque antes viví entre las montañas mixtecas, cuando llegué a vivir a Oaxaca de Juárez ya estaba contaminado”.

Rosa, participante

 

“Mi padre Salvador es quien recuerda que se podía ir a nadar porque había agua limpia”.

Úrsula, antropóloga

 

“Se ha intentado con convives y agencias hacer alguna sesión en la orilla del río, pero la gente ha rechazado por el principal motivo de que es incómodo”.

Mariana García, integrante de Hacer Tequio

 

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