El feminicidio continúa siendo una pandemia que afecta profundamente a Oaxaca.
En menos de una semana se documentaron casos alarmantes que subrayan la gravedad de la violencia de género en el estado.
El primer hecho se registró el pasado 3 de noviembre y fue denunciado en redes sociales.
En este intento de feminicidio, un policía municipal de la capital agredió brutalmente a su pareja.
El impactante video que circuló muestra a un hombre golpeando repetidamente a una mujer con un palo y luego propinándole un puñetazo en el rostro.
El agresor fue identificado por los usuarios en las redes sociales como un miembro de la policía municipal capitalina, asignado a la Central de Abasto.
El segundo delito ocurrió la madrugada del 7 de noviembre en una vivienda en la agencia de San Martín Mexicapam.
La policía acudió al lugar tras recibir una llamada de auxilio. Al llegar a la vivienda, encontraron a una mujer de alrededor de 50 años tendida en el suelo sin signos vitales.
La persona que realizó el reporte declaró que su madre vivía con su hermano, presuntamente adicto a las drogas.
En ese momento, el hermano llegó a la vivienda y fue arrestado bajo la sospecha de ser el responsable del feminicidio.
Rosario Martínez, presidenta del Grupo de Estudios Sobre la Mujer Rosario Castellanos (GESMujer), destacó la necesidad de combatir la impunidad en todos los casos de violencia contra mujeres y niñas.
Esta violencia es un grave problema de salud pública y una flagrante violación de los derechos humanos de las mujeres. Los eventos recientes, como el ataque de un policía a su pareja y el asesinato de una mujer en su hogar, ponen de manifiesto la gravedad de la situación.
La defensora de derechos subrayó que la raíz está en la desigualdad de género y la normalización de la violencia contra las mujeres, así como la insuficiencia de sanciones legales en casos de violencia de género.
“Estos casos reflejan que el problema en nuestro estado es alarmante y no tiene una explicación única. Son muchos los factores que influyen para llegar a esta expresión de la violencia: las normas comunitarias que otorgan privilegios o una condición superior a los hombres contra una condición inferior a las mujeres; así como las sanciones jurídicas que han sido insuficientes ante actos de violencia de género. Podemos ver que las desigualdades de género y la normalización de la violencia contra las mujeres son las causas profundas de este problema”, expuso.
