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Estudiantes rescatan 12 variedades de maíces pigmentados en Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Nadia Altamirano Díaz

San Gabriel, Etla, Oaxaca.- Volver a mirar un cuarto de hectárea con las plantas de maíz secándose hace que Olga Lidia Gómez Díaz regrese a esos tiempos en que su padre Pedro, sus cuatro hermanas y su hermano colaboraban “de una u otra manera” para producir su propio alimento.

Las parcelas abandonadas de alrededor son reflejo del efecto de la migración, pero también de lo poco redituable que es trabajar la tierra ante precios comerciales más bajos de maíces que se importan de Estados Unidos con efectos en la salud de la población porque en su crecimiento se utilizaron agroquímicos.

Desde hace cinco años que su hermano Jacinto enfermó, la parcela de esta familia se trabaja “a medias”, término que se utiliza cuando el propietario le permite a otra persona utilizarla a cambio de compartir las ganancias de la producción, pero esta vez Olga decidió “prestarla” a la autoridad de la Villa de Etla con un fin de investigación y rescate.

 

 Hacer comunalidad

Marcada por la participación comunitaria, la siembra de 12 maíces pigmentados en este cuarto de hectárea creó un espacio de reflexión y de la multiplicación de una semilla que tiene la capacidad de fortalecer la soberanía alimentaria de la zona.

El director de Arte y Cultura de la Villa de Etla, Omar Elí Pérez, recuerda que el 15 de junio pasado se realizó el primer Encuentro de Maíces Nativos del Valle Eteco, en el que se convocó a la comunidad a sumarse a la colecta de maíz nativo para sembrarlo en una parcela y generar muestras para iniciar un banco comunitario.

Lo cultivado en esta parcela sobrevivió a la sequía que caracterizó el ciclo agrícola primavera-verano y cinco meses después de una siembra en la que participaron autoridades locales, colectivos culturales, campesinos y estudiantes, ha comenzado la evaluación del rendimiento, lo que permitió que este jueves la visitaran 21 estudiantes de la Ingeniería en Agronomía de la Universidad Autónoma de México (UAM) Xochimilco.

Para la doctora en ciencias Mariela Fuentes Ponce, que la siembra de esta parcela se vaya a destinar a contar con un banco de semillas en la Villa de Etla es fundamental, porque sólo sembrando los maíces nativos y pigmentados es como van a persistir.

“Culturalmente es fundamental tener un banco de germoplasma", expresa al aplaudir que la gente del Valle de Etla quiera rescatar este tipo de maíces "porque en el país hay muchos que se han perdido”.

La profesora investigadora tiene claro que mientras las autoridades federales no fomenten su siembra con subsidios, los campos se van a abandonar a falta de mano de obra y el trabajo que implica sembrar.

“En México importamos 70 por ciento de los alimentos y 40 por ciento del maíz amarillo; como ingresa con un precio inferior a los cuatro pesos por kilo, la gente lo prefiere para elaborar tortillas y otros productos, en vez de dárselo a los puercos porque es un grano que tiene glifosato”, cuando “una buena milpa, con un buen temporal, si da para que coma una familia”.

 

Una contraposición

Cristian Reyna Ramírez, doctor en ciencias biológicas y de la salud, así como catedrático de la UAM-Xochimilco, la siembra y consumo de maíces pigmentados es una ofensiva o contraposición al sistema global de alimentación.

“Es preservar alimentos que no han brillado en ese tipo de mercado. Las variedades nativas o criollas son muy particulares, pero se van perdiendo porque la gente busca alimentos más globalizados”, así que tener bancos de semillas como reservorios permite a la gente saber qué tipos existen y conservar la diversidad genética.

En el caso del maíz azul que se sembró en esta parcela y de otros pigmentados, posee diferentes concentraciones de nutrientes, principalmente antocianinas que se han puesto “moda como antioxidantes”, pero su consumo está relacionado a una “diversidad de sabores y nutrición”.

Carlos Barragán García, quien como participante del Programa Interinstitucional de Especialidad en Soberanías Alimentarias y Gestión de Incidencia Local Estratégica (PIES ÁGILES) fue invitado por la Dirección de Cultura y Artes de la Villa de Etla a instalar un banco comunitario de semillas, sabe de la importancia de hacerlo para fortalecer la soberanía alimentaria de la zona.

“Dadas las circunstancias que estamos viviendo y los pronósticos climáticos, resulta prioritario el rescate y valoración de los maíces pigmentados de la zona, para fortalecer la soberanía alimentaria del pueblo de Oaxaca", resalta. 

Una de las innovaciones que Olga Lidia observó al prestar su tierra para este proyecto comunitario fue que en vez de sembrar “de manera tradicional, hacia abajo”, en este pedazo de loma los surcos ahora están a contracorriente, para que los nutrientes de la tierra no sean arrastrados con la lluvia.

“El beneficio no lo vamos a ver en dinero, sino que se volviera a trabajar la tierra. Lo hice por amor al rescate de la tierra” en momentos en que las personas prefieren sembrar variedades híbridas “para ganarle” o abandonar sus parcelas porque sembrarlas “es mucho trabajo.

Maíces pigmentados

En México 

63 razas de maíces con diferentes formas y tonalidades de grano, el registro de cultivo que se tiene en México

De colores

Maíces azules, negros, guindas, púrpura y rojos se conocen como pigmentados.

Rendimiento promedio 

1.2 toneladas, los maíces nativos

2.5 toneladas por hectárea con maíz negro pepitilla sembrado en esta parcela

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