SAN PEDRO POCHUTLA, Oaxaca.- Desde niña, Ivana Vásquez Reyes vivió entre manglares y cocodrilos. Su abuelo Agustín fue el fundador de la primera sociedad cooperativa ambientalista en la comunidad La Ventanilla, Tonameca, y de manera habitual, ella estuvo envuelta en el lenguaje del desarrollo sostenible y el cuidado de la naturaleza.
Aunque siendo muy pequeña decidió que estudiaría Enfermería, su pertenencia a un entorno en el que lo más importante es la preservación de todo lo vivo, sumado a una correcta orientación vocacional, la orilló a interesarse por la ciencia, y en particular, por la medicina veterinaria.
Kevin Yael Jiménez Santiago, del centro de Pochutla, dice con orgullo que tuvo la fortuna de nacer en una casa donde la gente adulta era lectora. Eso, sin duda, lo habría llevado por el camino de los libros, iniciando con los de dinosaurios e insectos. Al pasar de los años, Kevin no solo afinó su afición lectora, sino que su interés por el espacio sideral y la guía de sus maestros lo llevaron a la idea de que todo está relacionado con la ciencia; hoy está decidido a ser astrofísico.
Acercar a los jóvenes a la ciencia
Ivana, Kevin y otros seis estudiantes que cursan el cuarto semestre en el Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario (CBTA) 37 de San Pedro Pochutla, participaron durante una semana en el “Taller de Ciencia para Jóvenes”, convocado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) a través del Centro de Geociencias, que se realizó hace unos días en la Escuela Nacional de Estudios Superiores Juriquilla, ubicado en el estado de Querétaro.
El taller, que según su sitio oficial, busca acercar a los estudiantes de bachillerato a la ciencia, fomentar el interés por la investigación, el conocimiento científico y la creatividad, aglutinó en su edición anual a 40 estudiantes de diversas partes de la República, de los cuales, nueve son de origen oaxaqueño, y de ellos, ocho pertenecen al plantel número 37 ubicado en El Colorado, Pochutla.
Impulsados por directivos del plantel y de manera particular por el profesor del área biológica, Juan Reyes Delgado Gamboa, los inquietos jóvenes participaron en un ejercicio que los acercó durante una semana a temas de Física, Matemáticas, Química, Biología, Ciencias de la Tierra, Tecnología, Zootecnia, Neurociencias, Tecnología ambiental y Medicina Veterinaria, y que a través de prácticas de laboratorio y campo los llevó a conocer de forma más profunda la amplitud e importancia de la ciencia en los distintos ámbitos de la vida.
Quitar el prejuicio hacia las ciencias
Entrevistados en las instalaciones del plantel 37, los estudiantes consideraron que es necesario liberar a las ciencias, la lectura y matemáticas de los estigmas con los que suelen estar identificadas, de manera particular, aquellos que las ubican como áreas del conocimiento aburridas o alejadas de la realidad de las personas.
Los jóvenes coincidieron en que el Taller de Ciencia les ayudó a definir su verdadera vocación, pues aunque estaban inclinados por algún área del conocimiento científico, la experiencia de convivir con investigadores altamente capacitados que les ayudaron a identificar sus cualidades y abrir el horizonte en diversas áreas, centró su interés hacia una formación específica.
El profesor Juan Reyes Delgado informó que desde el año 2016 estudiantes del CBTA 37 han tenido presencia en el taller convocado por la UNAM, sumando casi 30 a lo largo de ocho años, muchos de los cuales han continuado sus estudios en escuelas de educación superior de la UNAM, el Politécnico, la Universidad de Chapingo y otras universidades estatales reconocidas.
Sobre la forma en que los jóvenes se acercan a la ciencia y el impulso que desde el sistema del CBTA se les otorga, José Alfredo Cruz Mijangos, director del plantel número 37, afirmó que el personal docente desarrolla las habilidades que muestran los alumnos, y da prioridad a la comprensión lectora y las matemáticas porque son la base del sustento académico para continuar con su formación profesional.
