Ni su madre Alma, quien desde la infancia se convirtió en vendedora de frutas al menudeo, ni Fabiola identifican que a sus diez años ella es parte de los 48 mil 675 niños que de entre cinco y once años que en Oaxaca trabajan.
Cuando no están en la escuela, ella y su hermano Oliver de siete años acompañan a su madre o a su padre al puesto de fruta que su familia tiene afuera de un mercado en Valles Centrales, pero es Fabiola quien tiene la encomienda de vender las pequeñas bolsas con semillas tostadas, chicozapotes o mangos frescos, de acuerdo a la temporada.
Hay días que sin cambiarse el uniforme, Fabiola se pone un delantal y toma el canasto que acostumbra cargar desde los siete años y acude con comerciantes alrededor del mercado que sabe le han comprado en otras ocasiones.
Cuando su mamá levanta el puesto, ambas, con voz fuerte y agua, siguen ofreciendo la mercancía camino a casa.
“Yo así crecí y mi hija es muy lista para hacer las cuentas, vender desde pequeña le ha ayudado con las matemáticas”, expresa Alma orgullosa, quien no tiene quejas de las calificaciones escolares de Fabiola.
En la Encuesta Nacional sobre Trabajo Infantil 2019, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) contabilizó 48 mil 675 niños de cinco a once años que en Oaxaca trabajan, lo que representa el 8.8 por ciento de los 547 mil 732 niños y niñas de esa edad.
Específicamente son 24 mil 232 niños y niñas de cinco a once años empleados en una ocupación no permitida y otros 24 mil 443 que realizan quehaceres domésticos en condiciones no adecuadas.
La familia de Fabiola no acostumbra comprarle juguetes a ella ni a su hermano Oliver, a menos que sea su cumpleaños, por lo que este domingo no habrá un regalo por ser día del niño y la niña.
Ambos, como casi todos los días, llegarán temprano al puesto de fruta con su madre y regresarán a casa hasta la tarde, una vez que haya terminado la venta.
Sin ir a la escuela, 11.3 por ciento de infantes
El 11.3 por ciento de los 702 mil 123 niños y niñas de tres a once años que viven en Oaxaca no asisten a la escuela, contra el otro 88.6 por ciento que sí ejerce este derecho que le amplía las oportunidades de desarrollo.
Son alrededor de 80 mil niñas y niños de tres a once años que, por problemas económicos, ser indígena, trabajo infantil o vivir con discapacidad o alguna otra condición impiden que ejerzan su derecho a la educación.
Iván, de diez años, no enfrenta ninguno de esos problemas. A pesar de la insistencia de su madre Emilia, se ha negado a asistir a recibir clases de quinto grado, salvo en raras ocasiones, como el campamento que por los festejos por el Día del Niño organizaron en su escuela-
Aún así, el papá y la mamá de Iván siguen cumpliendo con las guardias viales, asistencia a juntas y el pago de cooperaciones requeridas para que no sea expulsado de la escuela, a cuyos directivos le han explicado su impedimento para obligarlo a asistir.
“Ya no sé qué hacer, el papá no me ayuda para que Iván entienda que debe ir a la escuela”, se queja Emilia, una vendedora de pollo fresco que sabe que la indiferencia de su hijo por el estudio le traerá muchas consecuencias en su vida adulta, como reducir sus oportunidades para que alcance un mejor desarrollo.
“Primero decía que hacía frío y no se quería levantar, ahora que tiene flojera y ya terminó por decir que no le gusta la escuela”, expresa con decepción Emilia, quien quisiera que su esposo, de oficio albañil, al menos se lo llevara a trabajar para que Iván valore que es mejor estar en la escuela que fuera de ella.
La escuela donde está inscrito Iván se ha negado a darle de baja y su profesora de quinto grado lo recibe con gusto cuando llega a asistir a la escuela, aunque termine vaya desfasado en los contenidos o no haya oportunidad de recomponer sus bajas calificaciones.
Para el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) la educación es un derecho de cada niña, niño y adolescente que les da herramientas para que ejerzan otros derechos, por lo que la falta de educación temprana puede tener consecuencias irreversibles para el resto de su vida.
