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En Oaxaca, caravana migrantes acepta tramitar las visas humanitarias

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Foto(s): Cortesía
Amando Orozco

Después de cuatro días de haber transitado por carreteras de la región del Istmo y haber recorrido a pie casi 400 kilómetros desde Tapachula, Chiapas, este fin de semana, integrantes de la caravana migrante aceptaron ayuda del Instituto Nacional de Migración (INM), esperando obtener una tarjeta por razones humanitarias.

Se trata de un grupo de 76 migrantes de diferentes nacionalidades, que ingresaron al estado de Oaxaca el pasado 6 de febrero, quienes decidieron aceptar la ayuda del INM a través del Grupo Beta.

Desde la población de La Ventosa, lugar donde la caravana se dispersó, las 76 personas que componen 12 familias, fueron trasladadas en autobuses del INM a las instalaciones del albergue migrante de Ciudad Ixtepec.

“Las personas que trajo Grupo Beta ahorita venían en la caravana y pues sabemos que las condiciones no siempre son óptimas, se cansan, son jornadas muy largas de caminar, a veces el clima no ayuda; entonces pues accedieron a digamos ser canalizados aquí con nosotros”, señaló Paola Salcedo, encargada del refugio.

 

 

En este lugar, además de la asistencia, recibirán asesoría legal y acompañamiento en los trámites de la “Tarjeta por razones humanitarias”; un salvoconducto que les permitirá transitar de manera “regular” por México hacia los Estados Unidos.

Indicó que es muy poca la gente que acepta iniciar este trámite, pues el tiempo de espera es muy prolongado y llega a tardar hasta un año.

De acuerdo con Rolando Escobar, un migrante hondureño, aceptaron la ayuda debido a que cada vez la caminata se ponía más difícil, principalmente para los niños y las mujeres, y en general para todos por las altas temperaturas y el sol.

“A ver si logramos el permiso que están dando para estar aquí o porque está difícil allá, y así los niños caminen menos, a ver si lo logramos, a ver qué dice Dios”.

De los más de 700 migrantes que iniciaron esta caravana, únicamente un grupo de 70 continúa su camino a pie hacia los Estados Unidos, haciendo un alto este fin de semana en Juchitán; el resto se han dispersado en pequeños grupos o solicitado la ayuda al grupo Beta.

 

“A ver si logramos el permiso que están dando para estar aquí o porque está difícil allá, y así los niños caminen menos, a ver si lo logramos, a ver qué dice Dios”.

Rolando Escobar

Migrante hondureño

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