Embarazo o muerte llega a ser el desenlace del abuso sexual en niñas y adolescentes, alerta la investigación “La interrelación y los vínculos entre la violencia sexual y la muerte de Niñas y adolescentes en la región de América Latina y el Caribe (2010-2019)” elaborada por el Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los derechos de las Mujeres (CLADEM), que en Oaxaca coordina la defensora de derechos humanos, Nelly Martínez Echartea.
Recientemente presentada, la investigación aborda esta problemática en 12 países, entre ellos México, mediante cifras, estadísticas, pero también a través del análisis de casos reales paradigmáticos desde la voz de las sobrevivientes.
“La violencia contra niñas y adolescentes (NA) configura un gran problema de violencia basada en el género (VBG), pues subyacen las relaciones de poder implícitas en un sistema patriarcal, el cual está atravesado por factores como la clase social y la etnicidad”, indica el documento.
Las historias paradigmáticas junto con cifras y análisis muestran crudamente un contexto de violencia tanto de manera cualitativa como cuantitativa.
“Hay muchos rasgos en común que dan cuenta del proceso mediante el cual en sociedades desiguales prevalece la violencia estructural, cristalizada en la desigualdad socioeconómica y de género. En la medida en que la violencia es histórica, sus manifestaciones cambian y las formas de justificarla también varían”, indica.
La violencia contra niñas y adolescentes (NA) configura un gran problema de violencia basada en el género (VBG), pues subyacen las relaciones de poder implícitas en un sistema patriarcal, el cual está atravesado por factores como la clase social y la etnicidad.
En el análisis realizado a 12 países las voces de las víctimas van dejando también un sentimiento de enojo, a veces de desesperanza, de tristeza frente a los contextos crueles que las NA tienen que enfrentar la vida, recibiendo violencia dentro de su propio hogar, por parte de familiares que tendrían que ser parte de la red de protección y que terminan siendo los verdugos.
Los contextos de exclusión social y pobreza que establecen las condiciones para la presencia de crimen organizado exponen a las niñas y adolescentes a mayores riesgos de violencia de género, como uniones tempranas, matrimonios forzados, explotación sexual comercial o adopción de conductas ilícitas, indica.
