Texto y fotos: Alexei García
Efrén González Pérez comenzó con la tradición en su familia, de trabajar el mármol, hasta obtener productos que debido a su estética y elegancia conquistaban al cliente; desde aquel día ya han pasado más de 120 años y esta es la cuarta generación que se dedica a este oficio. La pandemia ha sido un “trago amargo” que no han podido evitar.
COVID-19 causa estragos
Actualmente existe un aproximado de 32 marmolerías en la capital del estado, por lo que la competencia es amplia, principalmente ahora que el COVID-19 ha dejado como saldo un estancamiento y una inflación superior a la registrada hace 20 años.
La principal afectación para esta marmolería fue el cierre de los panteones de Oaxaca de Juárez, situación que aún persiste en nuestros días, por lo que cada vez más las personas optan por cremar a sus seres queridos, ahorrándose todos los pasos que corresponden a la antigua tradición.
“Hace dos años no hubo nada, no hubo nada y se perdió y todos se fueron a descansar porque ahora sí que no se abrió lo que es el taller”, expresó Adolfo González Ruiz, quien trabaja en las diversas actividades del taller y es sobrino del fundador de este negocio.
Este centro de oferta de productos de mármol estuvo cerrado durante un año con ocho meses y el único que tenía acceso era don Adolfo, que surtía la poca demanda que existía en el tema de los lavaderos. “Estuvo fuerte porque ahora sí que no sabíamos cómo salir adelante”, afirmó.
Sobre sus expectativas para este 2022, aseveró: “esperemos que este año ahora sí que sea como años atrás, que se venda, porque muchas personas no vienen porque ahora sí que los pueblos también tienen su ley, tienen su ley por la pandemia y los que salen, ya no entran a los pueblos”, destacó.
En medio de esta pandemia de SARS-CoV-2, la gente de las comunidades llegaba a buscarlos para diversos trabajos; lo complicado era cuando querían acceder a los pueblos, pues se les pedía tener completo su esquema de vacunación.
“Ahora sí que parte de Ixtlán, toda esa parte, ahora sí que se cerró mucho, año y medio por la pandemia, teníamos que ir con los doctores, ahora sí para ver las cosas, que si tenemos COVID o no”, refirió.
“Probablemente que ahora sí este año que haya mucha venta, para que así salgamos adelante, porque ahora sí que sube todo”, destacó.
Una tradición en riesgo
Tras 120 años, pareciera que los tres integrantes de este taller y el dueño, saben que debe venir un relevo generacional. “Ahora sí que esto va a seguir hasta que Dios diga, a ver quién va a seguir de esto, de esta marmolería, porque no debe desaparecer; ahora sí que debemos de ver las cosas como vienen en la generación y ya de ahí ver también cómo salir adelante”, declaró en entrevista para NOTICIAS Voz e Imagen de Oaxaca.
“Lo que se vende más son los lavaderos, aparte los libros, las placas conmemorativas y todo eso”, expresó. Sobre las figuras alusivas a la religión católica, destacó que desde 1991 se dejaron de hacer estas piezas en el taller, por lo que optaron por comprarlas y posteriormente venderlas a las personas que así lo deseen.
“Viene una persona que trae santos, Cristos y todo lo que es fibra de vidrio, que es de cemento, que es de yeso, todo eso ya nosotros lo compramos”, relató.
Sobre la compra de estas figuras, declaró: “se está perdiendo también esa costumbre, porque ya todas esas personas quieren monumentos sencillos, que no lleve ni un cristo, ni un santo, porque hay dos cosas, uno se ve bonito y dos, porque a veces se lo lleva la gente, se los roban de los panteones”.
Una petición a la autoridad municipal
“Pienso que debemos de ver las cosas y también el presidente municipal debe de pensar las cosas, que esta enfermedad, todo esto, ya debe de abrir lo que es el panteón, porque la enfermedad de COVID y todo, no se va a quitar”, finalizó.
120
años tiene el taller de marmolería
3
personas trabajan el mármol
32
marmolerías hay en Oaxaca de Juárez
“Se está perdiendo también esa costumbre, porque ya todas las personas quieren monumentos sencillos, que no lleve ni un cristo, ni un santo, porque hay dos cosas: uno, se ve bonito; y dos, porque a veces se lo lleva la gente, se los roban de los panteones”.
Adolfo González Ruiz
Trabajador
