Vencer el cáncer fue para Dulce López, el mejor regalo que pudo recibir en la víspera de Navidad. Luchar por su vida fue prioritario y lo logró.
“Hace un año estaba en el hospital empezando todo el proceso, y ahora en vísperas de Navidad recibo este regalo. Aunque estoy consciente de que el cáncer en cualquier momento puede volver a aparecer, puede cambiar tu vida, pero en este momento lo que a mí me importa es que estoy libre de cáncer y estoy muy feliz por eso. Sólo Dios sabe nuestro destino, pero en este momento voy a disfrutar de esta felicidad”.
Dulce con tres hijos y una hija, asume sola el cuidado y crianza. El más pequeño de sus hijos apenas tiene 9 años, por ello, saberse enferma fue lo más difícil que pudo enfrentar.
Todo inició en abril de 2022 y sin ningún síntoma. La señal de alerta fue un abultamiento en el cuello casi imperceptible.
“Yo no sentía nada, de momento no le tomé importancia. Pasaron los meses, me enfermo y voy al doctor. Casi al terminar le comento que tenía una bolita y me mandó a hacer estudios de la tiroides. En ese momento lo pospuse porque uno de mis hijos tuvo un accidente, pero dentro de mi también había miedo de que fuera algo malo. Pensaba: después se cura, han de ser emociones porque yo veía que seguía creciendo. Mi psicoanalista me dijo: sí, son emociones, pero tiene que checarse”.
En julio empezó a sentir mucho trabajo al pasar la comida, incluso el agua. El punto de quiebre fue cuando no pudo pasar una pastilla. El miedo persistía y aunque se negaba a pensar que fuera algo grave acudió al hospital por indicaciones de su primo que es médico.
El ultrasonido y la biopsia revelaron que tenía cáncer de tiroides. “En el momento que paso a la consulta y me dice el doctor, muy feamente porque no tuvo el tacto: señora usted tiene cáncer de tiroides. Yo estaba sentada en la silla, sentí que la silla se hundió y a la vez me elevaba, mis lágrimas empezaron a rodar”.
Las siguientes semanas fueron igual de complicadas en busca de realizarse estudios y buscar donadores de sangre para la operación que le realizarían. Todo el proceso -recuerda- lo atravesó como ausente de la realidad.
Informar a sus hijos de lo que estaba ocurriendo también fue otro reto. “No quería que fuera trágico y traumático para ellos. Fue muy complicado. Además, estaba sola, sin una pareja indicada. Sentirme sola fue complicado y a eso se sumó las crisis de ansiedad. A mis hijos grandes traté de darles la noticia lo más tranquilo. Lloramos mucho. A los pequeños se lo expliqué como una enfermedad más que iba a atravesar.
Exactamente el 6 de diciembre de 2022 estaba en un quirófano. Antes de llegar a este punto, Dulce pensó en no hacerlo. “Yo le tengo pánico a las operaciones. Pensaba: si me voy a morir, pues que me muera. Pero después yo misma me dije: no te puedes morir porque tienes a tus hijos”.
Durante la intervención quirúrgica a Dulce le fue retirada toda la tiroides para evitar que el cáncer se extendiera. La idea de no tener esta glándula que regula el ritmo cardíaco, la presión arterial, la temperatura corporal y el peso, fue también un shock.
Lo anterior implica seguir con estudios cada seis meses y acudir a revisiones con la endocrinóloga para la medicación que suplirá las funciones de la tiroides.
“Al no tener la tiroides mi cuerpo no está ajustado bien o coloquialmente no está como venimos de fábrica. Me hicieron un ajuste en la medicina. Mi cuerpo está muy cansado, hay días en los que tengo muchas sudoraciones, bochornos, días en los que me siendo muy débil, eso se irá ajustando, recaí en la anemia y estoy en tratamiento, pero si el cáncer que era lo más complicado lo logré vencer, pienso en que en esto daré la batalla con éxito”.
Haber vencido el cáncer es algo que aún es increíble. “El vencerlo implica una oportunidad de vida para estar con mis hijos, de ver la vida de manera diferente, es una oportunidad que Dios te da y que tengo chance de hacer las cosas diferentes, si antes te callabas, ahora decirlas, si te guardabas sentimientos ahora expresarlos, si había miedos ahora te aventuras, te das la oportunidad”.
Con la mirada de frente, puesta en el futuro Dulce piensa disfrutar la vida sobre todo de los pequeños detalles que pasan desapercibidos por ser tan cotidianos como abrazar mucho a sus hijos, verles sonreír y crecer cada día.
“El vencerlo implica una oportunidad de vida para estar con mis hijos, de ver la vida de manera diferente, es una oportunidad que Dios te da y que tengo chance de hacer las cosas diferentes".
Dulce López
