Pasar al contenido principal
x

Dora Cecilia Aceves presenta en Oaxaca el octavo libro de su autoría

charla_dora_aceves
Foto(s): Cortesía
Carina Pérez García

Línea, color y textura de la casa oaxaqueña. Tomo VI es el octavo libro autoría de la arquitecta Dora Cecilia Aceves Martínez, miembro del Seminario de Cultura Mexicana corresponsalía Oaxaca. La obra reúne una investigación sobre la historia, anécdotas, fotografías y datos arquitectónicos sobre inmuebles del centro histórico como la que acogió la presentación, la ahora Casa de la ciudad, sita en Porfirio Díaz 115, cuya construcción data del siglo XVIII.

En el primer patio de la casa que también alberga la Biblioteca Henestrosa, la investigadora y escritora, quien posee un amor descomunal por la ciudad de Oaxaca presentó un hijo más de sus letras y su quehacer documental, siguiendo una de las vetas de su escritura: la casa oaxaqueña. 

Ante un público que respondió a su convocatoria, en su totalidad integrado por familias oaxaqueñas, la arquitecta logró nuevamente su cometido, enamorar a quien todavía no ama Oaxaca, de un legado invaluable. 

Acompañada de su familia, amigos y colegas Dora Cecilia se hizo acompañar también en la mesa del arquitecto Julio César Cifuentes Constantino, colega y amigo de la arquitecta desde hace 55 años; el preludio estuvo a cargo de su sobrina, la cantautora Ana Díaz, Elisa Ríos Ruiz  y el  maestro Iván Rendón Barrita. Este ejemplar está dedicado a sus hijos. 

Una casa con historia 

El libro está dividido en cuatro capítulos: "Casas bellas, casas vivas", con 20 casas; segundo capítulo, "Casas bellas que ya no están vivas", con fotografías de cómo fueron esos inmuebles con 20 casas; "Casas históricas, casas vivas donde pasó algo muy importante", con cinco en este tomo y el último capítulo, de "Casas históricas, que ya no están vivas”

“Esta casa no tiene nombre, había que hablar de ella, esta es la casa de la ciudad. De todos los inmuebles del centro histórico estoy segura que el que más historia guarda y que tuvo muchas ocupaciones fue esta. Ay, si pudiera hablar. Aunque ya me contó muchos de sus secretos no acabaría de decirlos. Mi objetivo en mis libros es conservar estas bellezas, pero tengo que hablar de quién le dio vida”, introdujo la escritora. 

Algunos de sus usos fueron: la escuela Unión y Progreso, una fábrica de gaseosas, fue sede de la normal, el periódico El informador y la papelería Quetzalcóatl, del maestro Muñoz Polo y luego de Rafael García Pinacho. Cuando finalmente la compró la administración municipal aún tenía en el centro del primer patio una fuente.

Desde el año 2004 este inmueble administrado por la Fundación Alfredo Harp Helú acoge tanto La Casa de la ciudad, como la Biblioteca Henestrosa. En su mensaje. la arquitecta aplaudió a los restauradores que conservaran la fachada original, sí jaló las orejas a quien quitó la fuente y “jaló las orejas porque ya no está”. 

 

En su emotivo mensaje hizo un viaje en el tiempo la historia de esta casa, cuyos acontecimientos históricos han estado a la altura de la arquitectura. Hizo un llamado: “Por favor, si tienen casas históricas no las destruyan, déjenselas a sus hijos y nietos. Que sigan vivas las casas”. La portada del libro es el interior de la ahora Casa de la Ciudad, localizada en Porfirio Díaz 115.

Noticias ¡Cerca de ti!

Conoce los servicios publicitarios que impulsarán tu marca a otro nivel.