En cuestión de minutos, Dominga López de 34 años perdió su patrimonio en un incendio que también consumió la vida de sus animalitos de compañía y de granja.
Afortunadamente, ella junto con su hija Alondra de 10 años no se encontraban en aquella vivienda de lámina y madera de la que hoy sólo quedan cenizas.
Aún así, el dolor de haber pedido todo por lo que trabajó es algo difícil de superar; la mujer se pregunta qué va a pasar con ella y su pequeña, la incertidumbre hace que se le quiebre la voz, pero no las ganas de salir adelante.
Dominga lleva a cabo la crianza de su hija y el manejo del hogar sin la compañía o apoyo de su pareja, la pequeña de nombre Alondra padece de retraso psicomotriz, por lo que necesita cuidados especiales que sólo le provee su madre.
El martes 15 de noviembre, Dominga junto con su hija salieron muy temprano de casa, como todos los días, rumbo a la pollería, negocio que le ha permitido llevar el sustento a casa.
Minutos después de las 11:00 horas, recibió una llamada de una de sus vecinas, asegurando que su casa se estaba incendiando.
Rápidamente se movilizó hacia su vivienda ubicada en los límites de Santa María El Tule, al llegar, pidió el auxilio a los números de emergencia, pero fue gracias a la intervención de sus vecinos que pudo sofocar las llamas.
“Estaba aterrada, tenía miedo de que la lumbre se extendiera hacia otras viviendas, tomé la manguera con la que estaban echando agua y me metí a tratar de apagar el incendio, ya que al interior había unos tanques de gas y tenía temor a que explotaran”, dijo.
Debido a esta acción, Dominga se quemó la mano, pero no le importó, su objetivo era poder controlar el incendio.
En aquel momento se dio cuenta que sus animalitos de compañía se encontraban agonizando por las llamas, pues no pudieron salir y ponerse a salvo.
“En mi casa tenía a los pollos que vendo, mis gallinas ponedoras y mis perritos, me dio mucha tristeza haberlos perdido, nada quedó, fue un momento de impotencia el ver esa escena y lo peor es que la ayuda nunca llegó”, narró.
Ropa, útiles, uniforme, estufa, lavadora, refrigerador, muebles, camas, documentos de identidad, tinacos, entre otros artículos se consumieron por las llamas.
Dominga tuvo un embarazo de alto riesgo y asegura que hubo complicaciones durante el parto, pero años más adelante, percibió que su pequeña no podía hablar, escuchar o caminar y tras una serie de estudios, le diagnosticaron retraso psicomotriz.
En un 50 por ciento, el retraso fue corregible, pero la pequeña necesitó zapatos ortopédicos, anteojos especiales y tratamientos.
Todo su historial clínico fue consumido por las llamas, además, necesita un medicamento que no se puede conseguir sin receta.
Y debido a que necesita cuidados especiales, la madre la lleva consigo a todos lados, lo que le imposibilita tener otro tipo de trabajo y encontró en la venta de pollo la oportunidad de poder tenerla consigo y “echarle el ojo”.
Piden ayudaLas amistades de Dominga al enterarse de la situación, decidieron solicitar ayuda para ella y su hija a través de redes sociales.
Ella está agradecida por el apoyo de las personas que se han tomado el tiempo de visitarla y donarle algunos artículos y alimentos.
La propietaria del lugar donde renta para la venta de sus pollos, le prestó durante 15 días un cuarto para que ella junto con su hija lo habiten.
Poco a poco levantará el escombro de su terreno y buscará reconstruir, aunque sabe que hacerlo le va a tomar tiempo y dinero. Pero no pierde la esperanza de poder salir adelante.
La madre se comunicó con la escuela de la pequeña para que la dejen asistir a clases sin útiles y uniformes, ya que todo eso se quemó; económicamente se encuentra mal, pero desea que con su trabajo pueda poco a poco ella y su pequeña volver a casa.
Los ciudadanos que deseen apoyar a la señora Dominga López, lo pueden hacer comunicándose con ella al siguiente número: 951 288 55 03.
Si en tu colonia no hay alumbrado público, agua potable, seguridad pública, drenaje o pavimentación, denuncia a través de nuestras redes sociales o al whatsapp 9512049909.
“Estaba aterrada, tenía miedo de que la lumbre se extendiera hacia otras viviendas, tomé la manguera con la que estaban echando agua y me metí a tratar de apagar el incendio, ya que al interior había unos tanques de gas y tenía temor a que explotaran”
Dominga, madre de familia
