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Despide Arzobispo a las víctimas de la volcadura de autobús en Oaxaca

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Foto(s): Mario Jiménez Leyva
Octavio Vélez Ascencio

El arzobispo de Antequera-Oaxaca, Pedro Vázquez Villalobos aseguró ayer que resulta difícil entender el fallecimiento de una persona, pero es más difícil entender y aceptar una muerte inesperada.

“Lo entendemos, pero sí es importante que en su vivencia de fe, puedan aceptar este momento. Así lo ha querido Dios y no porque quiera hacernos sufrir, hacernos llorar, entristecernos. No es por eso, es porque nosotros vamos a tener un fin y no sabemos cómo”, añadió.

Durante la homilía de la misa oficiada en Chalcatongo de  Hidalgo, en memoria de las víctimas de esa municipalidad, que dejó el accidente de un autobús en Magdalena Peñasco, el mitrado sostuvo que es difícil aceptar la muerte de un niño o de un joven, porque se augura una larga vida, aunque Dios dispone lo contrario y solamente estarán algunos años con sus familias.

“Es difícil aceptar la muerte de alguien que no estaba enfermo y murió inesperadamente. Es muy difícil aceptar la muerte de un accidentado. Es la experiencia que vivimos hoy como familia, como comunidad, despidiendo a nuestros hermanos”, anotó.

Expuso que Dios permite a veces prepararse para despedirse del ser querido, cuando se tiene por ejemplo, a un enfermo quien cada día se va agravando más.

“Todo ese tiempo nosotros nos vamos preparando para el momento de la despedida, para el momento de la muerte, pero no nos preparamos para el momento de un accidente, no estamos preparados”, afirmó.

Por eso, pidió a los familiares de las víctimas no solamente pensar humanamente, sino también en la fe, porque seguirán unidos en el amor a la mamá, al papá o al hermano.

“Este corazón nuestro seguirá amando al que se ha ido, no dejará de amarlo, no dejará de amarlo y el que se ha ido no dejará de amarnos, porque nosotros creemos y queremos que el ser querido que se fue esté en la contemplación del amor por excelencia que es Dios. Desde allá, esos seres que nos han acompañado en la vida por estos años, nos seguirán acompañando desde la eternidad”, aseveró.

También, agradeció por pedir por quienes terminaron su peregrinar por este mundo, pero también por quienes se han quedado, por el dolor, por su sufrimiento, por sus penas y por sus lágrimas.

“No pensábamos que estos hermanos nuestros iban a morir. Ellos tampoco, su pensamiento era llegar a casa, llegar con ustedes, compartir la vida, seguir viviendo en la alegría, ese era el pensamiento de ellos, pero Dios nos dice ‘estén preparados’, porque en el momento que menos lo piensen vendrá el hijo del hombre”, apuntó.

No obstante, Vásquez Villalobos dijo que la vida no termina en un sepulcro, porque los cuerpos de los fallecidos depositados en una tumba, llegarán al cielo.

“Estos cuerpos que han muerto, están con Dios, viven con Dios en la eternidad y van a resucitar, tendrán un cuerpo glorioso, como el de Jesucristo. Así nos lo prometió el Señor, que nos iba a resucitar para la vida, no para la eterna condenación”, aseguró.

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