En este año, el hogar encabeza dentro de los puntos en donde más mujeres fueron asesinadas; el 25 por ciento de los casos de acuerdo con las estadísticas del Grupo de Estudios Sobre la Mujer Rosario Castellanos (GESMujer).
Rosario Martínez, presidenta de la organización feminista, señala que lo anterior evidencia que las instituciones de prevención del delito y procuración de justicia, están fallando en su labor pues en muchos casos desestiman las denuncias y los llamados de auxilio de las víctimas.
El hogar podría decirse que es un espacio íntimo y privado, sin embargo, también debe ocupar un lugar en la mirada pública, es decir de las políticas públicas y la justicia, señaló. "Es importante dar la atención a quienes piden ayuda cuando están viviendo una situación de violencia en la casa".
Sin embargo, Martínez señala que a menudo existe una "alianza invisible" que dificulta que las mujeres reciban la ayuda necesaria. Quienes acuden a las instituciones de justicia a menudo son desestimadas, se les pide que aguanten o se justifica al agresor con frases como: ¿usted que le hizo para que se enojara? Esto refleja una normalización de la violencia de género y la falta de acciones adecuadas para abordarla.
La especialista en temas de género destacó que la cifra de mujeres asesinadas en su propio hogar evidencia el hecho de que muchas fueron privadas de la vida por sus parejas, ya sea esposos, exesposos, parejas actuales o exparejas, en algunos casos incluso fue el propio padre quien asesinó a sus hijas.
A pesar de que Oaxaca tiene una Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM), la situación no ha recibido la atención y seriedad que merece.
La cifra de 64 mujeres asesinadas del 1 de enero al 8 de agosto, con un 25% de los casos ocurriendo en los hogares, resalta la urgencia de poner fin a esta violencia sistemática, indicó.
El llamado a las autoridades es claro: es esencial que se tomen medidas concretas para hacer cumplir las leyes vigentes en la prevención, atención y erradicación de la violencia de género. El respeto por estas leyes debe ser una prioridad, y el enfoque en el feminicidio debe ser una preocupación central, destacó.
