“Como mujer, como madre, como hermana y como hija, se siente el miedo, la tristeza y por supuesto el coraje de saber que un año más, se sigue agregando a la lista de mujeres asesinadas, más nombres”, señaló Elvia Sánchez Félix, psicóloga de la organización de Mujeres 8 de marzo.
Entrevistada mientras prepara, con la ayuda de otras compañeras, las “cruces moradas” con los nombres de las víctimas de la violencia, dijo que estos crucifijos se utilizarán el próximo viernes, en una concentración que realizarán en el monumento a la mujer juchiteca.
Reveló que tan solo en los dos primeros meses que van del año, en la región del Istmo de Tehuantepec se han registrado ocho casos de mujeres que han sido asesinadas.
“Cada año y cada que sea posible, las mujeres nos vamos a concentrar para poder alzar la voz y pedirle al Gobierno que se hagan válidos nuestros derechos y que no haya ninguna mujer asesinada más, que ya no seamos víctimas de los feminicidios”.
En el refugio de mujeres 8 de Marzo han pasado muchas familias, muchas mujeres a las que se les ha apoyado con sus hijos, dándoles seguimiento aun cuando ya hayan egresado del refugio.
El proyecto de este colectivo, abarca también la creación de la colonia Simona Robles, lugar donde residen mujeres que han tenido la oportunidad de tener un terreno o una casa, donde empiezan a valerse por sí mismas.
Cuando una mujer violentada llega al refugio, normalmente lo hace sin sus pertenencias, sin calzado, ropa y artículos de higiene personales, entre otras cosas más, empezando desde ahí el apoyo que es totalmente gratuito.
“La tarea no termina cuando la mujer egresa del refugio; la tarea del Grupo 8 de Marzo no sólo es recibir a las mujeres y tratarlas, sino también es acompañarla durante su proceso cuando se reintegran a la sociedad”, añadió la psicóloga.
Sostuvo que, entre tantos casos, se han rescatado mujeres que estuvieron al borde de la muerte, se les dio el acompañamiento y hoy son mujeres emprendedoras, empoderadas y se valen por sí mismas.
“Cada mujer, cada niña que pisa este refugio es una víctima menos para las estadísticas”.
En el refugio, las mujeres también reciben talleres de inserción laboral con cursos de bordado, repostería, elaboración de hamacas, serigrafiado y cultoras de belleza, que les servirán para que generen sus propios ingresos.
