Sindri Velasco Aguilar
Usted que está leyendo la presente, en vista de los últimos acontecimientos mundiales y nacionales, ¿se ha puesto a pensar y a cuestionar para qué sirve la política?
Si observamos cómo se ejecuta la política en el mundo, puede darnos la impresión de que sólo está al servicio del poder. Por otro lado —por lo que vivimos y experimentamos—, podría decirse que es el arte de la mentira. Casos como las actuales guerras que se desarrollan en Ucrania e Israel, evidencian esto último.
Para ser más especifico, podría dar un ejemplo práctico del ejercicio del poder y es el siguiente:
Una fábula moderna
Imaginemos a tres personajes: un comerciante, un líder y una autoridad municipal. El comerciante desea instalarse en la vía pública para vender tlayudas y antojitos. El líder, que desea tener más agremiados, le comenta que se puede colocar, pero antes, debe aportar una cuota para instalarse. Ambos llegan al acuerdo, así el líder tiene un agremiado y una cuota más, y el comerciante, la oportunidad de ofrecer sus productos.
Al paso del tiempo, el negocio progresó y el comerciante se expandió unos metros más de lo establecido; cumplido el año, la autoridad realizó una supervisión, percatándose de que el puesto, además de ser irregular, excedía los metros que el municipio estipula y el puesto que originariamente vendía tlayudas y antojitos, ahora se ha diversificado con otros productos.
La autoridad procede a notificar al comerciante de la falta en la que incurre. Éste, empoderado por el respaldo del líder y de la asociación, hace caso omiso. Ahí entra en juego el acuerdo con el líder, quien, haciendo uso del poder que le da la cantidad de agremiados que posee, intenta coaccionar a la autoridad que, por otro lado, recibe la presión de parte de los vecinos donde se encuentra ese puesto y otros, de modo que no tiene otro camino que intervenir y busca concertar entre los vecinos, los comerciantes (representados por su líder) y lo estipulado en el Reglamento Municipal.
Podríamos pensar que los actores involucrados en el conflicto tienen suficientes motivaciones para alcanzar un acuerdo y que eso bastaría para que suceda, pero es de esperar también que cada uno intentará sacar la mayor ventaja posible. Esos intereses no sólo son aquellos que verbalizan, hay otros que los propios actores ocultan y son los que, finalmente, cobrarán trascendencia en el ejercicio del poder político.
Cuando pensamos en política, la relacionamos con el Estado, la autoridad y con todo aquello que concierne a los políticos y a los gobernantes. No imaginamos que, dentro del ámbito familiar, ejecutamos una versión rudimentaria de este arte, buscando ostentar el poder o arrebatarlo con el fin de obtener un beneficio; en esto podemos incluir desde el más pequeño hasta el más viejo de la familia.
Para lograrlo, salen a relucir todo tipo de argucias como la manipulación, el chantaje, la imposición e incluso algunas expresiones más agresivas, como la violencia psicológica.
El Psicoanálisis, con poco más de 100 años de existencia, ha tratado con aquello que el ser humano oculta para sí y para los otros. "Psicoanálisis, política y ciudadanía" intentará incidir en las problemáticas que se presentan entre los integrantes de la familia en el ejercicio del poder. La política ha permitido la existencia de la civilización, pero hoy requiere del conocimiento forjado por Sigmud Freud para incidir en la reestructuración del tejido social..
Pide informes a los teléfonos 951 244 7006/951 285 3921 y ¡Hazte escuchar por un psicoanalista del INEIP A.C.!
