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Consorcio Oaxaca, dos décadas de lucha por los derechos de las mujeres

Consorcio
Foto(s): Cortesía
Citlalli López Velázquez

Teniendo como meta impulsar cambios sociales contundentes, Ana María Hernández Cárdenas, Pilar Muriedas Juárez y Yesica Sánchez Maya, emprendieron hace dos décadas la apuesta feminista llamada Consorcio.

“Queríamos generar cambios en donde las mujeres tuvieran cabida con un ejercicio de derechos, con condiciones mínimas de poder afrontar situaciones que se viven por ser mujeres”, explica Sánchez Maya integrante del equipo directivo.

 

 

Consorcio nació en 2003 con un proyecto de procedimientos de aborto por violación que se impulsaba en Oaxaca, Guerrero, Chiapas y Ciudad de México, finalmente fue Oaxaca quien terminó absorbiendo a la organización y articulando como Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad.

“Nacemos en el 2003, se generaron algunas cosas y después se viene el 2006, un capítulo muy violento, muy terrible de una expresión profunda del autoritarismo encabezado por Ulises Ruiz Ortiz. El nivel de violación a derechos humanos era mayúsculo y tuvimos que generar respuesta y vinculación con el movimiento social”, agrega Sánchez Maya respecto del contexto en el que tuvieron que accionar.

Con múltiples desafíos enfrente como fue el 2006, la resistencia contra la reforma de protección a la vida que criminalizaba el aborto, así como la tipificación del feminicidio como tipo penal, por citar algunos, Consorcio ha ido explorando desde la orientación, canalización a instancias que deberían de atender la violencia hasta el litigio ante la ineficacia de las instituciones.

 

 

“Eso ha sido una complejidad porque implica abrir no sólo confrontación judicial con agresores, sino con el propio Estado, tal es el caso de María del Sol, que la ineficacia del estado hizo tener que llegar hasta instancias internacionales y te da cuenta de que es complejo y ha generado una cantidad de riesgos”, expuso.

Y agrega: “Hemos vivido capítulos muy duros, muy fuertes, pero sin poner en duda nuestra convicción por la defensa de los derechos. Eso ha sido la parte principal de que hayamos llegado hasta donde estamos”.

 

 

Y es que, de ser una organización integrada por tres personas, actualmente confluyen defensoras y activistas que dan movilidad a cuatro grandes programas de trabajo: movimiento social y defensoras; mujeres en situación de violencia; juventudes; y fortalecimiento de movimientos. Estas ramas han generado proceso de redes y alianzas con organizaciones de otros estados del país, pero también con países como Colombia, Guatemala, Honduras, Salvador, Nicaragua y Brasil.

“No nos imaginamos 20 años, que empezamos como en un tema de: tenemos que hacer, tenemos que contribuir, tenemos que aportar. Es nuestra apuesta de vida ser defensora de derechos humanos y eso fue marcando el horizonte a mediano y largo plazo”.

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