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Comunidades afro, en búsqueda del libre ejercicio de sus derechos

Foto(s): Cortesía
Octavio Vélez Ascencio

Aunque el Censo de Población y Vivienda 2020 visibilizó su presencia en Oaxaca y otros estados del país, también documentó que las comunidades del pueblo negro afromexicano o afrodescendiente enfrentan obstáculos en el ejercicio de sus derechos individuales o colectivos.

Según este instrumento de información demográfica, 2.58 millones de personas (2.0 por ciento del  total de la población) se identificaron como parte de este grupo social.  De ellas, 50.4 por ciento  son mujeres (1.30 millones) y 49.6 por ciento son hombres (1.28 millones).

Los estados con mayor presencia de población que se autoreconoce  afromexicana o afrodescendiente respecto a su población total son Guerrero, Oaxaca, Baja  California Sur, Yucatán y Quintana Roo, con 8.6, 4.7, 3.3, 3.0 y 2.8 por ciento de su población,  respectivamente.

Pero, las entidades con mayor porcentaje son Guerrero con 8.6 por ciento (303 mil 923 habitantes) y Oaxaca con 4.7 por ciento (194 mil 474 habitantes).

Los municipios con mayor presencia de población que se autoreconoce afromexicana o afrodescendiente respecto a su población total son los municipios de Oaxaca, San Juan Bautista Lo de Soto, Santa María Cortijo, Santiago Tapextla, Santo Domingo Armenta y Santiago Llano Grande con 95.7, 93.7, 92.9, 91.9 y 91.8 por ciento.

La tasa de analfabetismo de la población de 15 años y más es mayor entre la población  que se reconoce afromexicana o afrodescendiente alcanzando 5.3 por ciento en comparación a lo obtenido a nivel nacional (4.7 por ciento).

En 2020, la tasa de participación económica de la población de 12 años y más de la población que se reconoce afromexicana o afrodescendiente es de 65.7 por ciento ligeramente  superior a la obtenida a nivel nacional con 62.0 por ciento.

Las principales actividades que desempeña la población de 12 años y más no económicamente activa y que se reconoce afromexicana o afrodescendiente se ubican en  los quehaceres del hogar (44.2 por ciento) y estudiar (32.3 por ciento).

De acuerdo con una ficha técnica del Consejo Nacional Para Prevenir la Discriminación (Conapred), publicada por la conmemoración del Día de la Cultura Africana y de las Personas Afrodescendientes, el pueblo negro afromexicano ha sido reconocido en el apartado C del artículo dos de la Constitución Política federal, pero en las constituciones de los estados, salvo de Oaxaca y Guerrero, aún es de los temas pendientes más importantes.

Otros asuntos relevantes son la asignación de recursos económicos  y la creación de instituciones y programas particulares de atención a los pueblos, comunidades  y personas afrodescendientes; la instrumentación de mecanismos que les permitan participar en la toma de decisiones que afectan sus intereses colectivos; la implementación de medidas para la  reivindicación de sus prácticas y expresiones culturales, y la modificación de aquellos materiales  oficiales que reproducen estereotipos y omiten las contribuciones económicas, culturales, históricas y sociales de estas comunidades. 

De esta manera, resulta fundamental dar a conocer y hacer valer la reforma al artículo dos de la Constitución Política federal, donde se reconoce de manera explícita la totalidad de los derechos de los pueblos y comunidades afromexicanas, así como las personas que los integran. 

Además, es importante lograr el reconocimiento de la población afrodescendiente en la legislación particular de cada entidad federativa, incluidas las regulaciones en torno a la  discriminación. Ya que el reconocimiento expreso en la Constitución federal y en las constituciones estatales facilitará las negociaciones en torno a la asignación de recursos públicos, la creación de instituciones y la instrumentación de políticas públicas y programas sociales dirigidos a la  población afrodescendiente.

De igual forma, es necesario garantizar el derecho a la consulta libre, previa e informada, de manera que se incorpore a los pueblos afromexicanos en la toma de aquellas decisiones que los afecten.

Finalmente, es de gran importancia modificar el contenido de libros oficiales que reproducen estereotipos en relación con este grupo y omiten sus contribuciones al  desarrollo histórico y contemporáneo de México.

Necesario desagregar datos del Censo 2020

Frente a esto, la coordinadora por Oaxaca de la Colectiva de Mujeres Afromexicanas en Movimiento (Muafro), Rosa María Hernández Mendoza propuso una desagregación de datos del Censo de Población y Vivienda 2020 que no invisibilice estas desigualdades territorializadas, maquillándolas con una media nacional afromexicana que no corresponde a la realidad.

“De acuerdo con este análisis somos las mujeres las que mayores retos enfrentamos por las intersecciones que nos atraviesan”, señaló.

Dentro de esto, ejemplificó que el promedio de hijos nacidos vivos en municipios de más del 40 por ciento de población afromexicana es 2.9 de hijos por mujer, en municipios con más del 70 por ciento de población es de 3.3 hijos; mientras la media nacional y la media nacional es de 2.1 hijos por mujer.

Además, detalló que las mujeres afromexicanas tienen mayor índice de analfabetismo, pues en municipios con más del 40 por ciento de la población afromexicana es del 15 por ciento y en municipios con más del 70 por ciento es del 19.6 por ciento, mientras la media nacional es de 6.2 por ciento y la media nacional es de 4,4 por ciento.

Aparte de esto, subrayó que en municipios de más de 40 por ciento de población afromexicana la Población Económicamente Activa (PEA) femenina es del 39.1 por ciento y en municipios de más del 70 por ciento es apenas de 25,4 por ciento, mientras la media nacional se ubica en 53.3 por ciento y la media nacional en 25.4 por ciento.

Destacó que la pandemia del coronavirus COVID-19 evidenció las carencias del sistema de salud, porque los hospitales regionales de por si sobresaturados, no contaban con la infraestructura, personal ni insumos para hacer frente particularmente a la tercera ola, pues la gran mayoría de mujeres dependen del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi).

A estas desigualdades –anotó–, se suma la violencia de género, para la cual no existen datos desagregados que permitan darse cuenta de su magnitud y por tanto tampoco existen políticas culturalmente diferenciadas que permitan atenderla, basta recordar el feminicidio de Frida Alondra, una adolescente de 14 años, en abril del 2022.

“En nuestras historias encontramos casos de violencia extrema y feminicida, frecuentemente justificados por el machismo y la misoginia presente en los territorios”, agregó. 

Por ello, urgió a los gobiernos de los estados a implementar la variable afromexicana o afrodescendiente en todos los instrumentos de recolección de datos.

“Estas son solo algunas de las variables que dan cuenta de cómo el racismo estructural y las violencias múltiples nos colocan en una situación de vulneración de nuestros derechos fundamentales”, terminó.

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