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Cefia: 11 años visibilizando a personas indígenas con discapacidad

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Foto(s): Emilio Morales Pacheco
Ana Lilia Pacheco

LAS FLORES, Santa María Tlahuitoltepec, Oaxaca.- En el año 2011, Diana Jiménez aprendió braille y asegura que fue un gran cambio para ella, pues a sus 52 años aprendió a leer, escribir, contar y más datos que le servirán para su vida.

Relata que fue en el Centro de Formación Integral Ayuujk (Cefia), el lugar donde pudo demostrar que a pesar de su discapacidad visual, puede desarrollarse como cualquier persona y nada la va a detener.

Esto mismo comparte Enriqueta Jiménez Martínez, quien también tiene discapacidad visual, pues gracias a que su mamá siempre la apoyó, estudió una licenciatura y ahora su deseo es enseñar a más personas con y sin discapacidad, nuevas herramientas para la vida.

En 2011, con apoyo de una organización y la autoridad municipal, nació el Cefia, que a pesar de que en un principio era para personas con discapacidad visual, actualmente atiende a otras con discapacidad motriz, auditiva e intelectual moderada como la de Jocelyn, quien a sus 15 años y gracias a este lugar, ya puede convivir y comunicarse.

Talleres y trabajo

Hace un año, integrantes del Cefia comenzaron a envasar mezcal con el objetivo de tener más recursos para seguir cuidando el lugar, ya que necesitan de profesores para los talleres y mantenimiento de las computadoras.

Sin embargo, aseguran que también el realizar este trabajo es una forma para las personas de demostrar que son capaces de trabajar, pensar, actuar y otras actividades que han sido estereotipadas para una persona con discapacidad.

“Yo busqué este trabajo para tener dinero para la comida, pasaje y para aprender más, conocer más y trabajar juntos”, señala Diana.

Además de esto, menciona que las madres de familia vienen a estos talleres y también aprenden, agregando una unión y esperanza entre ellas al ver que a pesar de la discapacidad de sus hijos, estos podrán salir adelante.

Doña Eustolia, mamá de Jocelyn, comparte que se siente contenta de que exista el Cefia, ya que ha podido llevar a su hija a que conviva con otras personas, aprenda a envasar o utilizar la computadora para que el día en el que ella falte, Jocelyn pueda continuar con su vida.

Recuerda que antes de que Jocelyn llegara al Cefia, no hablaba con nadie y se escondía, pero actualmente el lugar favorito de ella es este lugar.

“Las personas con discapacidad sí podemos y sabemos trabajar; no somos inútiles como muchas personas dicen, sí podemos andar, viajar como personas que pueden ver”, subraya Diana.

Enriqueta Jiménez Martínez, integrante de Cefia y quien tiene una discapacidad visual, comparte que estas actividades le hacen demostrar que son posibles de desarrollarse con normalidad.

Hablar ayuuk con discapacidad

Enriqueta recuerda que para ella fue difícil seguir con su educación porque en la escuela no querían que se inscribiera por no poder ver.

“Te dicen que no puedes entrar porque la escuela es para personas normales porque nos consideran personas enfermas; siendo mujer hablante ayuuk y con discapacidad visual, nos rechazan”, denuncia.

Menciona que fue su mamá la que siempre la apoyó y le dijo que podía ser capaz de todo, lo cual lo cumplió al estudiar Historia y el querer seguir apoyando a más personas con y sin discapacidad.

Actualmente, en el Cefia están 11 personas con discapacidad y otras 11 sin ella que trabajan en conjunto para retroalimentarse, envasan juntos y quieren que este lugar crezca y siga ayudando y capacitando a más personas indígenas.

  • 11 personas con discapacidad y 11 personas sin discapacidad hay en el centro
  • 2011 año que se abrió el Cefia

Talleres

Braille, computación, lectura, escritura, fotografía.

Tipos de discapacidad que tienen los asistentes:

  • Visual
  • Intelectual
  • Motriz
  • Auditiva

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