Recuperar los maíces pigmentados sólo se logra sembrándolos y la Casa de Semillas del Valle de Etla va logrando su cometido que recién la vio germinar. En casi mes y medio distribuyó sus 28 kilos de grano entre 18 personas de diez municipios y este domingo se sembró una parcela de seis mil metros cuadrados para volver a tener diez tipos de semillas después del próximo mes de noviembre.
“Los cambios en la distribución de las lluvias, aunado al incremento de la temperatura, ponen en riesgo la producción agrícola, y la alimentación de las familias oaxaqueñas que tienen una producción preferentemente de autoconsumo”, advierte el ingeniero agrónomo Carlos Barragán García, la cabeza técnica de este proyecto.
Ante este panorama que se recrudece con la firma en 2018 del Tratado Comercial entre México, Canadá y Estados Unidos (T-Mec), “disponer de semillas locales adaptadas a condiciones del territorio, permitirá adaptarnos al futuro; entre más diversidad de semillas tengamos, mayores alternativas de adaptación podremos explorar”.
Cuidador de semillas
Francisco Ramírez Ortiz, un hombre de 59 años que lleva 35 años trabajando las tierras que le heredó su papá, aceptó la invitación del presidente de la Villa de Etla, Miguel Ángel Martinez Merlín, y dispuso los seis mil metros de una de sus parcelas que tiene en la agencia municipal de Santo Domingo Barrio Alto para que la Casa de Semillas hiciera su primera siembra.
“No he dejado ni un año de sembrar”, expresa contundente un hombre que se dedica al acarreo de agua a domicilio y sabe bien que las alteraciones climáticas hacen que la disponibilidad de humedad sea cada vez menor.
El pozo con el que cuenta Francisco en su parcela se vacía en 15 minutos y la siembra requiere al menos de 18 horas de riego, por eso depende del temporal para sembrar maíz, frijol, calabaza, alfalfa, avena o sorgo, éstos últimos para alimento del ganado.
Ver que el terreno de la parcela vecina está sin arar le hace asegurar a Francisco que en el Valle de Etla las siembras son cada vez más escasas: “ya muy poca gente está trabajando el campo, tenemos todavía terrenos, como el de a lado, pero ya lo dejaron hace muchos años porque pues no se dan las lluvias, son escasas, ya no hay producción y en lugar de ganar, perdemos la inversión, el grano y el trabajo cuando no hay lluvias suficientes”.
Consciente de esa apuesta que en cada ciclo otoño-invierno debe hacer Francisco, le anima volver a sembrar para conservar sus tierras en uso, “ya que nos gusta verlas llenas de hierba” y ahora suma que de alguna manera será un cuidador de la materia prima de la Casa de Semillas del Valle de Etla.
“Es muy importante preservar las semillas, porque al comprarlas luego no sabemos de qué tipo de clima son, hay unas muy bonitas, grandes pesadas, pero son de otros climas y aquí, pues no se va a dar hasta que se aclimate el grano”, expresa un hombre que ha adquirido conocimiento con el trabajo diario.
La multiplicación de semillas
La presentación de la Casa de Semillas del Valle de Etla el 12 de junio pasado propició que la Secretaría de Fomento Agroalimentario y Desarrollo Rural (Sefader) integre a la Villa de Etla al programa para la autosuficiencia alimentaria y abasto seguro, por lo que se otorgó apoyo con la maquinaria para preparar la primera siembra que este domingo hizo la Casa de Semillas del Valle de Etla.
“Lo que queremos es el rescate de las semillas nativas”, explica la ingeniera Karina Tadeo Campechano, una de las y los 250 técnicos que la Sefader tiene en Oaxaca para atender 25 mil hectáreas de maíz y frijol y que en el caso de la Villa de Etla está empezando a integrarse con un grupo meta de cien productores.
Aplicar bacterias azotobacter vinelandii para ayudar a fijar nitrógeno del aire y el hongo trichoking para que no se generen plagas, es parte del tratamiento que se le dio a siete variedades de semillas de maíz antes de sembrarlas.
Habitantes de Villa de Etla como la ceramista Isabel Sánchez, quien ha impulsado la constitución de esta Casa de Semillas, se sumaron a la siembra de teocintle, frijol, calabaza y siete variedades de maíces pigmentados: rojo belatove, rojo de Etla, azul, negro, rojo pozolero, amarillo y blanco pozolero.
Seguir replicando la preservación del maíz nativo es para el director de Arte y Cultura de la Villa de Etla, Omar Elí Pérez, el propósito principal de esta nueva siembra, luego de que en 2022 se realizó una con diferentes tipos de semillas donadas que permitieron en noviembre pasado obtener 12 variedades que ya se compartieron con productores que la solicitaron para sumarse al rescate de cultivos de maíces pigmentados.
"A cambio los productores que recibieron semilla nos regresaran el doble cuando ya tengan su cosecha", además de que con la siembra de ayer ya se va a poder tener más semilla para seguir compartiendo con más productores interesados.
"El año pasado sembramos en una colina, la tierra que no nos proporcionaron es de mejor calidad, está en un valle, las lluvias que cayeron unas horas después son un buen augurio, veremos en una semana cómo va la plata, vendremos a limpiar y si requiere un riego, procuraremos hacerlo", aseguró.
La abundante lluvia que por la tarde y parte de la noche del domingo trajo el canal de baja presión y la onda tropical número 16 al Valle de Etla, abona las primeras condiciones a favor de que la multiplicación de semillas de maíces pigmentados siga siendo posible.
