Texto y fotos: Ana Lilia Pacheco
A sus 58 años de edad, doña Karime se quitó los pensamientos que le obstaculizaban realizar lo que tanto amó desde sus 3 años: practicar ballet; y con la ayuda de la instructora, Laura Armas, lo consiguió.
“La única barrera es uno mismo; por prejuicio, decir que ya estoy grande, que no tengo el cuerpo o que me veo ridícula, no me animaba; pero cuando di el paso, volvió a surgir el amor por la danza”, comparte Karime Kuri Fierros, alumna del taller de ballet para adultos.
Laura Andrea Armas Martínez, quien es coordinadora de la escuela donde se brinda esta disciplina, asegura que ya tenía tiempo pensando en brindar esta clase; no obstante, por los tiempos no lo había podido hacer hasta ahora.
Vencer miedos
La instructora asegura que desde que comenzó a promocionar la clase de ballet para adultos, muchas personas se han interesado en ella; no obstante, pocas se han inscrito.
“Ahorita, las personas están en el rango de decisión, pues ha sido mucha gente que ha tenido bastante interés y solicitan informes; además, les regalamos una clase muestra, pero falta dar ese paso”, comparte.
Explica que el ballet se comienza a practicar desde los 3 años y se considera ballet para adultos a partir de los 18 años, que aunque no sea para ser bailarines profesionales, es una actividad benéfica para el cuerpo y para cumplir sueños como Karime.
La alumna comparte que pasó 30 años sin practicar ballet, pues dejó de lado su gusto para atender otros asuntos; pero cuando pasó por la escuela de danza de Laura, esa espinita de regresar al ballet no la dejó hasta que fue un hecho.
“Cuando di el paso, volvió a surgir el amor por la danza. Meterme en el cajón de los recuerdos y sacar ese leotardo que usaba en los 80, desde vestirme fue una emoción previa a mi primera clase”, asegura.
Relata que al sacar las medias y el leotardo, los recuerdos de cuando tenía 6 años regresaron y aunque ella practicó ballet cubano y francés, el comenzar a hacerlo con la técnica rusa, fue un pequeño obstáculo que también pudo superar.
Contenta, comparte que sus familiares y amistades también se han alegrado de que haya regresado a su gran pasión y que haya roto esas barreras que un tiempo la detuvieron.
“Cuando les mando foto con leotardo, me dicen ‘así te conocí’, y a cada persona que me encuentro les digo ‘regresé al ballet’”, señala.
Asimismo, añade que su nieta de 3 años también acude a clases de ballet, por lo que ambas están muy emocionadas de compartir este gusto y se ayudan mutuamente.
Cumple tus sueños
La coordinadora de la escuela comenta que en días recientes acudió una joven a una clase muestra y le compartió que siempre quiso hacer ballet y al ver esta clase no pudo pasar la oportunidad de hacerlo.
“Hay que hacer lo que nos gusta y llena, porque los límites están en la mente, además de que hay que confiar más en nuestros cuerpos”, menciona.
Explica que el ballet para adultos es para todas las personas y hasta todas las edades, pues a pesar de que tengan alguna enfermedad física o interna, pueden adaptar los ejercicios y posición para no afectarlas.
Además de que tiene múltiples beneficios como más flexibilidad en los tendones, fortalecer los músculos, reducir el estrés, mejorar las posturas, por lo que invita a las personas adultas a acercarse a esta disciplina.
Por su parte, Karime subraya que hay que romper con las barreras que las mismas personas se ponen en la cabeza, pues cumplir sueños o volver a hacer lo que tanto les gusta, es benéfico para la salud y el humor.
18
años, edad desde la cual pueden hacer ballet para adultos
30
años pasaron sin que Karime practicara ballet
3
años, edad a la que pueden comenzar a hacer ballet
Beneficios del ballet:
-Mayor flexibilidad en los tendones
-Fortalecer los músculos
-Reducir el estrés
-Mejorar las posturas
