Desde los 12 años de edad, Eva Carmen aprendió a bordar la técnica del deshilado en su natal San José del Progreso; aprendió observando a otras mujeres, con el objetivo de poder ayudar económicamente a sus abuelos, quienes se hicieron cargo de ella desde pequeña.
Eva Carmen Padilla Hernández actualmente tiene 70 años de edad y narra que gracias a las prendas que elaboraba pudo sacar adelante, junto con su esposo, a sus nueve hijos.
En la actualidad, ella hereda sus conocimientos a las nuevas generaciones, al mismo tiempo que continúa ganando un poco de dinero para poder llevar pan a la mesa.
Debido a su edad, para elaborar una blusa se tarda alrededor de dos meses, ya que su vista se cansa;
“antes era yo más rápida, pero ahora me canso mucho, sobre todo mi vista ya no es como antes”, dijo.
Cuando era adolescente, Eva bordaba todo el día y parte de la noche, ya que la necesidad era mucha, ya que sus abuelos y ella eran de escasos recursos.
Con el tiempo, ella se casó y asegura que el bordado lo dejará hasta que su vista ya no pueda más, pues para este tipo de trabajo, la vista es indispensable.
Se organizan artesanas
Al menos 30 artesanas de San José del Progreso expertas en el deshilado, buscan que la comunidad se incluya en la ruta de las artesanías y que sus prendas se puedan comercializar fuera de la comunidad.
Las mujeres, integradas en una asociación, aseguran que a la comunidad no se le reconoce como una zona donde elaboran artesanías, por lo que sus prendas no son comercializadas como otros textiles como los del Istmo, por mencionar alguno.
“San José no resaltaba por sus textiles y las mujeres no tenían la oportunidad de salir y dar a conocer las prendas por desconocimiento, lo que repercutió en la economía de sus familias”, dijo.
La mayoría de las mujeres en la comunidad se dedican al bordado, deshilado o tejido; es una labor que realizan a diario desde la comodidad de sus casas.
Transmiten sus conocimientos
Desde hace muchos años y de generación en generación, esta técnica se ha heredado; cada familia estaba integrada en sus talleres, hasta a principios de año, cuando varias artesanas decidieron unirse para formar una organización.
Gracias a sus esfuerzos, han podido instalar en su comunidad unas estructuras a modo de exhibidores para mostrar sus creaciones a cada uno de los visitantes que llegan a la comunidad.
En la actualidad no son muchos los que arriban a esta localidad, por lo que con la organización desean buscar esos espacios donde poder mostrar sus artesanías.
Mujeres unen sus talentos
Las artesanas con más edad brindan la experiencia y conocimiento a quienes están empezando con esta técnica.
Las más de 30 artesanas están asociadas en el grupo Artesanas del Progreso Deshilando Lienzos, y desean que más mujeres se unan para fortalecer esta asociación y entre todos tocar puertas para que se les reconozcan.
El objetivo es impulsar sus prendas y que se puedan comercializar en Oaxaca, México y todo el mundo, en beneficio de sus familias.
“Esto es algo que le vamos a heredar a nuestros hijos; deseamos perpetuar este trabajo para que no se pierda”, añadió.
Reciben apoyo de la minera
El papel de la minera Cuzcatlán forma parte importante del desarrollo de las mujeres, ya que las han apoyado con la adquisición de máquinas o lugares para exponer sus prendas; además, las han ayudado con la difusión.
La pandemia retrasó su organización, pero no claudicaron en su objetivo; son mujeres que buscan salir adelante a través de sus bordados; como una de sus primeras experiencias, ya organizaron su primera Expo-Feria del Deshilado el pasado 21 de mayo.
Desean que con el apoyo de la minera y el de sus autoridades municipales, así como el gobierno del estado, puedan trascender y dar a conocer el arte del deshilado de San José del Progreso.
