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Arlett cobija a artesanos de Oaxaca, además de espacio y asesoría

Foto(s): Cortesía
Ana Lilia Pacheco

Arlett tiene muy presente que para vender sus artesanías es importante ofrecerlos en un lugar en el que haya clientes, por lo que decidió junto con otros artesanos abrir un espacio en las primeras calles del Centro Histórico de Oaxaca.

Sin embargo, con la pandemia por la COVID-19 tuvieron que cerrar, pero cuando volvieron a reactivar las actividades, volvió a abrir un espacio cerca de la Cruz de Piedra en el Barrio de Xochimilco en la capital, además de que invitó a más artesanos a unirse y dejar sus piezas.

Comparte que hay algunas tiendas en las que las y los artesanos pueden dejar sus productos; no obstante, les piden una comisión o ciertos requisitos, lo cual ella no solicita, sólo que la artesanía sea de Oaxaca y sea una prenda de calidad y hecha con mucho amor.

Afirma que actualmente son 45 artesanas y artesanos de Yalalag, la Costa, San Pedro Cajonos, San Juan Colorado, Tlacolula de Matamoros, San Mateo del Mar, de la Mixteca, Huautla de Jiménez, Mitla, el Barrio de Xochimilco y otros más, por lo que hay una variedad grande de artesanías.

Calidad y buen precio

Arlett, quien pertenece a una familia de cuatro generaciones de artesanos del telar de pedal, afirma que algo que le ha costado trabajo es que los mismos artesanos pongan el precio adecuado a sus productos.

Señala que muchos de ellos los malbaratan y no llegan a tener ganancias, por lo que ella siempre les recalca que deben cobrar por el tiempo y traslado invertido en cada pieza.

Expone que hay artesanos que vienen desde localidades lejanas y tienen que pagar varios métodos de transporte para llegar a la tienda y quieren vender sus productos igual que otro artesano que viva en la capital.

“Cuando varios artesanos llegaron, me preguntaban que cuánto yo les ofrecía por sus prendas y fue en ese momento que les contesté que no, que ellos deben ponerle precio a sus prendas, a su tiempo y al material que utilizan”, asegura.

La artesana relata que hay una mujer de Amuzgos que trae sus artesanías, pero para llegar hasta este lugar con tres vehículos, entre camión, urban y mototaxi.

Poca venta en Guelaguetza

Aunque podría creerse que la Guelaguetza es una buena temporada de venta para las y los artesanos de este lugar, es todo lo contrario.

Arlett explica que muchas personas sólo se quedan en los primeros cuadros del Centro Histórico y es donde hay más comercio ambulante y deciden comprarles blusas y artesanías que a veces no son del estado o hechos de manera artesanal.

Afirma que sus ventas incrementan un 20 por ciento en Guelaguetza, contrario al Día de Muertos, que es cuando más personas llegan a comprarle todo lo que aquí se oferta o incluso piden los números telefónicos para poder ir a visitarles y conocer el proceso de la elaboración.

Señala que las visitas de compradores es importante para las ventas como para que sepan qué otras artesanías seguir haciendo o lo contrario, por lo que aseguró que esto es una gran oportunidad para las y los artesanos.

La artesana señala que cualquier artesano puede traer sus prendas a este lugar ubicado en el corazón del Barrio de Xochimilco para conseguir vender sus piezas y saber si lo está haciendo bien o mal.

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