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"Agua, elemento sagrado y no una mercancía": afirma presidente de Inso

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Foto(s): Cortesía
Citlalli López Velázquez

Al ser un elemento vital, el agua debe comenzar a verse como un recurso sagrado y no como una mercancía, “esa es la única manera de asegurarnos que la tratemos bien”, señaló el presidente del Instituto de la Naturaleza y la Sociedad (Inso), Juan José Consejo Dueñas.

Esta óptica forma parte de los Diez puntos para una política del agua que la organización ha planteado a las autoridades para un cambio de paradigma en la gestión del recurso natural.

 

 

Consejo Dueñas, quien es biólogo y maestro en ciencias por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que el riesgo de darle un valor comercial al agua, dificulta el acceso a quienes tienen menos posibilidades económicas y dificultades para almacenarla. 

“Hay un proceso de mercantilización en muchas maneras en las que se está usando el agua: se vende, se sacan permisos de extracción, se hacen obras para conducirla. Esto es parte de una cosa que pareciera positiva en el sentido de reconocerla con un valor económico, pero eso a su vez tiene elementos peligrosos porque se convierte en mercancía y en esa medida está sujeta, por una parte, a las leyes del mercado y por otro significa que quienes tienen menos posibilidades económicas tienen mayor dificultad de acceso al agua”, indicó.

Para llegar a un cambio de paradigma -expuso- se tienen que seguir varias rutas; una tiene que ver con el carácter legal y administrativo, por ejemplo, revisar los criterios con los que se cobran los servicios de agua, establecer tarifas diferenciales, aprobar la nueva ley general de aguas que tiene años atorada en el congreso federal en donde se redefine todo lo que tiene que ver con la administración y concesiones.

 

 

A la par -añadió- se tienen que hacer un trabajo de concientización, educación y sensibilización que impacte en la ciudadanía y su relación con el recurso hídrico. Otro elemento es rescatar la visión que aún conservan los pueblos originarios quienes la asocian con elementos de sacralidad. 

Además, establecer el costo, valor y precio. Consejo Dueñas explicó que en términos de valor no conviene ni debemos asignarle un valor económico porque es un bien sagrado, sin embargo, hay una serie de ejercicios asociados al agua que tienen un costo, por ejemplo, la red de distribución y detectar quien lo debe pagar.

 

 

Por otro lado, está el precio no del agua sino de los servicios para acceder a ella y éste tiene que ser diferenciada; no es lo mismo el agua como derecho humano que para la ciudadanía debería de ser gratuita, y a partir de ahí los otros usos se les tendría que dar una jerarquía para establecer quien debe tener prioridad cuando hay crisis, por ejemplo, la producción de alimentos por sobre una refresquera.

“Ahora que tenemos tantas dificultades con el agua es una buena oportunidad para que hagamos conciencia de las dificultades que tenemos y actuemos en consecuencia”, expresó.

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