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Agua de lluvia, alternativa para hacer frente a las sequías en Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Nadia Altamirano Díaz

Nadia Altamirano Díaz / Fotos: Emilio Morales

Las lluvias en San Marcos Monte de León, en la parte alta de la Mixteca oaxaqueña y a 149 kilómetros de la ciudad  se volvieron a retrasar, pero el volumen de agua que Maribel recolectó en una cisterna durante la temporada pasada, todavía le alcanza tres semanas más para poder regar sus plantas.

Espera que a partir del siguiente mes pueda comenzar a volver a llenarla con el agua que recolecte en el techo de su casa.

Si Maribel careciera de esta alternativa y la bomba de la agencia municipal dejara de funcionar, debería invertir al menos una hora para traer 40 litros de agua desde el venero que queda a un kilómetro de distancia de su casa.

Aquí, como en la mayoría de comunidades rurales que en la Mixteca enfrentan sequía, no hay posibilidades de contratar el servicio de un camión cisterna.

La única alternativa es racionar el uso del agua y optar por la recolección de la que trae la lluvia.

Participar de la solución

Óscar Mejía, supervisor Regional de Fondo para la Paz, recuerda que en 2007 empezaron a trabajar con la población de San Marcos Monte de León con un proyecto de herramienta participativa que diseñó soluciones a partir de las problemáticas de la región.

Con este modelo se diseñó un sistema de captación de agua de lluvia desde la comunidad, con los participantes que se integraron en un comité y que interrelacionaron con las promotoras y las autoridades municipales, para hacer frente a la parte más crítica del estiaje que se registra entre febrero y mayo de cada año o incluso en junio, que todavía la lluvia es escasa.

Cisternas enterradas o aéreas 

Para implementar sistemas de ferrocemento, ya sea cisternas aéreas o enterradas, a 12 familias se les dotó de materiales y en 2018 se tuvieron los primeros 12 sistemas de almacenamiento de 10 mil litros de agua de lluvia, la mayoría enterrados y algunos otros aéreos o externos, pero el que se instaló en casa de Maribel es combinado, "porque se buscó el mejor desnivel" para recibir el agua de lluvia que desde la azotea conduce un tubo de pvc que en temporada de sequía desconecta.

Sólo la mitad del techo de la casa de Maribel, en un área de 24 metros cuadrados se capta el agua de lluvia, porque en la otra mitad de la loza hay desperfectos y si se anega el agua se filtra.

El tuvo de pvc que llega a la cisterna se vuelve a conectar al que sale del techo pasando las tres o cuatro primeras lluvias, para que se pueda desechar el agua sucia y lavar el sistema de captación que tiene un filtro compuesto por una rectángulo construido con tabiques y dividido en tres partes con materiales distintos: piedra, grava y arena.

Funciona y se suman más

Demostrar que este sistema de captación de agua de lluvia es fácil de implementar y mantener, hizo que en el año 2010 se implementara una segunda etapa para integrar a las 30 familias que faltaban en Monte de León, pero ahora con sistemas de almacenamiento en tanques de plástico reforzado con capacidad de 10 mil litros.

San Marcos Monte de León es una de las nueve comunidades mixtecas donde el Fondo para la Paz ha implementado 350 sistemas de captación de agua de lluvia, pero se dejó de trabajar en ello porque "se vio un apaciguamiento en la escasez de agua y nos enfocamos a trabajar con otras líneas como la agricultura de conservación", reconoce Óscar Mejía.

En las casas donde se dejó de captar agua de lluvia es porque la gente falleció o migró a otro estado y dejó de habitar su casa.

Enfocarse en otros problemas

La escasez de agua sigue existiendo, porque es una característica de la Mixteca, "pero pudimos enfocarnos a la seguridad alimentaria con agricultura de conservación, granjas de caprinos y huertos de traspatio".

En febrero pasado, cuando Maribel cosechó rabanitos que regó con el agua de lluvia almacenada, le alcanzaron para vender algunos cada tercer día, camino a su parcela donde siembra maíz con leguminosas.

Maribel tampoco cree que se haya erradicado el problema, pero en la temporada de lluvias anterior logró recolectar 8 mil litros de agua que puede consumir, usar en la siembra de hortalizas o para lavar trastes y la ropa.

"Todavía tengo agua en la cisterna que saco con una cubeta amarrada a un mecate, pero como no ha llovido, ya está más sucia y sólo la uso para regar mis plantas", dice convencida de que si no lo hiciera así ya estarían secas porque el agua que llega cada tercer día por la tubería la usa exclusivamente para lo necesario.

 

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