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8M: Rosa María y Paulina, pioneras en la lucha por equidad y justicia

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Foto(s): Cortesía
Citlalli López Velázquez

Paulina Ríos y Rosa María Castro, dos figuras destacadas, la primera en el periodismo y la segunda en el activismo, son pioneras que con su labor y rebeldía abrieron brecha para desnormalizar la violencia contra las mujeres. El camino ha sido forjado a partir de sus historias.

“Soy una mujer que en un tiempo fue muy miedosa, también que vivió violencia, pero después, con el paso de los años y las circunstancias, conocí que había otra forma de vivir. Desde entonces a través del periodismo me he empoderado, he conocido mis derechos y he buscado que también muchas mujeres dejen de vivir violencia y puedan vivir y exigir vivir una vida plena”, cuenta sobre su vida Paulina Ríos Olivera, quien este 8 de marzo será galardonada con el reconocimiento “Mujer Oaxaqueña 2024, Sara Artemisa Brena Torres”.

Nacida en la ciudad de Oaxaca, la directora y fundadora del portal de Noticias Página 3, es una mujer que no tiene filtros y con una rebeldía innata que la llevaron a transformar su vida y la de muchas mujeres a través del periodismo, profesión a la que llegó por casualidad. 

“Yo era una mujer que estudiaba medicina y dejé la carrera porque ya tenía yo tres hijos, después tuve dos más y dije: cuando mis hijos crezcan, voy a volver a estudiar, pero en el transcurso sufrí violencia por parte de mi pareja. Nos abandona, se vuelve un padre ausente y yo una madre que tuve que tomar las riendas de mi hogar y sacar a mis hijos adelante”.

En busca de trabajo entra a laborar como capturista en el extinto periódico El Extra. Es ahí donde se despierta su pasión por el periodismo y comienza a estudiar por cuenta propia. Después es asignada a la edición y es cuando le ven madera para reportear.

“Los reporteros no cuestionaban a las autoridades y yo les decía que tenían que hacerlo, que tenían que preguntar”.

 

 

“Salí poco a poco como reportera y conocí a Soledad Jarquín, que es la que me encamina a hacer periodismo con perspectiva de género. Es cuando me abre más los ojos y digo: existimos y tenemos que dar a conocer nuestras necesidades, nuestros problemas y qué podemos hacer para solucionarlos”.

En ese entonces -recuerda- la violencia familiar estaba normalizada, no existía como un delito, era un asunto privado que sólo se vivía dentro de cuatro paredes. A través del periodismo y el acompañamiento a las activistas aportó para que la violencia familiar fuera un asunto público y se sancionara. De la misma manera dio la lucha por acompañar el debate en la eliminación de las pruebas de embarazo en las empresas para la contratación de mujeres.

En aquel tiempo el periodismo estaba predominado por varones. Las mujeres que ejercían se enfrentaban a acoso y violencia dentro de las redacciones y del funcionariado.

“No era fácil que te dieran una entrevista porque decían: es que hay que ir a sentarse en una mesa, en referencia a la mesa de los bares”.

Además de la falta de datos específicos relativos a las mujeres, otro de los obstáculos estaba al momento de defender el material escrito pues eran minimizado por los jefes tildándolas de “notitas de mujeres”. Colocar la agenda de las mujeres en los medios de comunicación fue difícil.

Para Pau han sido varios los momentos difíciles que han marcado su vida y que la hicieron pensar en dejar el periodismo, uno de ellos, enumera, fue dejar a sus hijos por mucho tiempo para trabajar en tres o cuatro empleos. Al ver a la distancia, afirma que valió la pena porque todos son profesionistas.

Dentro de su larga trayectoria Paulina ha recibido múltiples reconocimientos y premios por su labor, el primero el Premio Estatal de Periodismo en la categoría de Crónica, hecho que la motivó a seguir en este camino.

Su vida también ha estado en riesgo por un infarto cerebral debido al estrés. Afortunadamente fue atendido a tiempo sin que quedaran mayores secuelas. También por una etapa de suma depresión con el feminicidio de la fotoperiodista María del Sol, hija de su entrañable amiga Soledad Jarquín. 

Como toda una mujer de metas y desafíos contantes, hoy lucha por alcanzar uno de sus sueños, estudiar la licenciatura en periodismo. Así, a sus 63 años de edad está matriculada en la Universidad Autónoma de Chihuahua.

 

 

Rosa María; existencia y resistencia afro

Rosa María se identifica con orgullo como una mujer afrodescendiente, negra, orgullosa de su linaje y ancestras. Nacida en la pequeña comunidad de Charco Redondo, su historia es un testimonio resistencia.

“Desde niña, me enfrenté a muchas barreras y tuve que luchar para alcanzar mis sueños. Siempre fui soñadora y, al tener conciencia, mi abuela me transmitió lecciones feministas de una manera genuina. Me enseñó a ser autónoma, a aprender varios oficios, y me instó a prepararme para evitar la violencia que ella misma había vivido. Esto me llevó a la conciencia feminista desde temprana edad”.

Después de completar sus estudios universitarios, Rosa María regresó a su comunidad en 1999 y notó que las desigualdades persistían. Las niñas y mujeres enfrentaban limitaciones en la educación, y la violencia de género continuaba siendo un problema. En 2010, fundó una organización con un enfoque de género, buscando la igualdad y combatiendo la violencia contra las mujeres afrodescendientes. Su trabajo se convirtió en una plataforma para abordar las inequidades arraigadas en su comunidad y sobre todo en las mujeres quienes vivían una cuádruple discriminación.

“Las mujeres afrodescendientes enfrentamos una cuádruple discriminación: por ser mujeres, por ser negras, por ser pobres y, a menudo, por ser analfabetas. No estamos representados en muchos escenarios y programas gubernamentales, lo que aumenta la discriminación”.

En este contexto, su sueño es claro: desea que todas las niñas y mujeres tengan la libertad de perseguir sus metas sin restricciones basadas en género, color de piel o situación económica. 

 

 

¿Cuál es tu sueño en la lucha por los derechos de las mujeres afrodescendientes?

Rosa María: Mi sueño es que todas las niñas y mujeres tengan la posibilidad de estudiar y trabajar en lo que deseen, sin restricciones por su género, color de piel o situación económica. Quiero combatir el racismo sistémico y crear nuevas formas de convivencia, eliminando esquemas discriminatorios.

¿Qué representa para ti irrumpir en estos espacios políticos que antes eran exclusivos?

Rosa María: Representa el resultado de la lucha social de los pueblos negros y especialmente de 15 años de resistencia y organización. Estamos cambiando la subrepresentación en estos espacios y abriendo caminos para las generaciones futuras.

Solo quiero agradecer a mis referentes, mujeres que han inspirado mi camino, como mi abuela, mi hermana Claudia, la maestra Sandra Villalobos, y todas mis compañeras de lucha. Agradezco la fortaleza que me han dado y espero inspirar a las nuevas generaciones.

 

 

“Soy una mujer que en un tiempo fue muy miedosa, también que vivió violencia, pero después, con el paso de los años y las circunstancias, conocí que había otra forma de vivir".

Paulina Ríos Olivera, periodista

 

Paulina Ríos Olivera

  • Directora y fundadora del portal de Noticias Página 3.
  • A través del periodismo y el acompañamiento a las activistas aportó para que la violencia familiar fuera un asunto público y se sancionara. 
  • Luchó por acompañar el debate en la eliminación de las pruebas de embarazo en las empresas para la contratación de mujeres.
  • Premio Estatal de Periodismo en la categoría de Crónica.

 

 Rosa María Castro

Mujer afrodescendiente. Nacida en la pequeña comunidad de Charco Redondo.

En 2010, fundó una organización con un enfoque de género, buscando la igualdad y combatiendo la violencia contra las mujeres afrodescendientes. 

 

“Las mujeres afrodescendientes enfrentamos una cuádruple discriminación: por ser mujeres, por ser negras, por ser pobres y, a menudo, por ser analfabetas".

Rosa María Castro, activista

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