En Oaxaca existe un municipio poco común pero ejemplo del ejercicio de gobierno. Es quizá el único lugar en el mundo en donde los gobernantes destinan íntegro su sueldo para obras de bien comunitario.
Se trata de Santa María Yavesía, localidad de 450 habitantes ubicada en la Sierra Juárez de Oaxaca.
La medida no es una acción de relumbrón o mediática, es un establecimiento que ha prevalecido a lo largo de varias décadas bajo la convicción de que los gobernantes son electos para servir al pueblo.
Así, anualmente logran incrementar hasta en 100 mil pesos el recurso que reciben del gobierno para la realización de obras públicas mismas que son ejecutadas mediante el tequio, es decir el trabajo comunitario.
Yavesía, ubicado a 70 kilómetros de distancia de la capital, se rige por sistemas consuetudinarios. Las autoridades son electas para desempeñar su cargo durante tres años, divididos en dos bloques de año y medio a propietarios, y año y medio los suplentes.
En resistencia
Bajo aquel esquema, Yavesía “palo o árbol de águila”, se estableció como un paradigma en muchos sentidos.
Tiene levantada la bandera blanca por calles y casas limpias.
Se declararon en resistencia contra el aprovechamiento forestal para ir al manejo del bosque en donde el objetivo es mantenerlo saludable como fuente de abasto de agua.
Entre los habitantes se mantienen prácticas solidarias como el trueque o la “mano vuelta”, es decir, la ayuda mútua.
Además establecieron un mecanismo de turismo de bajo impacto en el cual lo importante no es la cantidad de turismo que llegue, sino la calidad que puedan ofrecer en la visita sin perturbar la paz de la población, pues quienes llegan se hospedan en la vivienda de los pobladores para que conozcan de cerca su cultura.
Otro aspecto a destacar es la disminución en el consumo de bebidas alcohólicas por el establecimiento constante de ley seca durante los momentos importantes de la localidad, como en la realización de asambleas, las cuales se realizan por un lado la de ciudadanos y por otro de ciudadanas.
Yavesía, además de estar dentro de los municipios libres de desechables, ambiciona declararse libre de consumo de refrescos, tanto por la salud de sus pobladores como para disminuir la cantidad de basura que se genera.
Recorrer las calles de la localidad, es entrar en una especie de paraíso pues vayas a donde vayas, en el camino podrás encontrar árboles frutales en donde nacen peras, ciruelas, manzanas, duraznos y limas, listas para ser consumidas.
