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Infancias trans en México: entre mitos y realidades

Foto(s): Cortesía
Agencia Reforma

CIUDAD DE MÉXICO.- A decir del doctor Eusebio Rubio-Aurioles en el tema de las infancias trans predominan falsedades, medias verdades y, sobre todo, la desinformación.

"En lo que no hay discusión es que hay que dar acompañamiento y un trabajo importante de información con las familias, porque también venimos, incluso en la ciencia, de suposiciones que resultaron erróneas y además muy dañinas", explica el director general de la Asociación Mexicana para la Salud Sexual, A.C.

El acuerdo internacional entre especialistas, agrega, es que se debe procurar algo que parece muy sencillo: que el trato a estos niños y adolescentes sea en la línea de lo que ya sabemos que todos necesitamos: amor, respeto, cuidado...

Rubio menciona algunas de las ideas que han sido superadas con el tiempo, por ejemplo, las propuestas científicas que atribuían el fenómeno trans a las relaciones de los niños con los papás.

"Y le echaban la culpa a la mamá o al papá de esta condición, y eso ya ha quedado bastante claro que no tiene que ver con la interacción con los papás. Ni tiene que ver con la violencia sexual. Es un poquitito al revés: el niño que es distinto o el niño o niña que es trans es una persona mucho más vulnerable, mucho más frecuentemente atacado por los compañeros, por la sociedad, y entonces frecuentemente sufren violencia sexual u otras formas de discriminación", detalla.

Otra de las mentiras que se han propagado es que se realizan cirugías de reafirmación de género en menores de edad.

"Hay acuerdo internacional de que las cirugías no hay que hacerlas antes de que se desarrollen las personas y alcancen la mayoría de edad. Por eso es importante decirlo: nadie hace cirugías a los menores de edad", aclara.

Sobre los tratamientos hormonales en menores de edad reconoce que hay una discusión entre expertos. Algunos consideran que deben realizarse sólo después de los 18 años, mientras que otros advierten que son recomendables para desarrollar la concordancia con el propio género.

"La discusión es qué hacer en la pubertad con los caracteres sexuales secundarios, porque cuando aparecen, por ejemplo los cambios genitales, el crecimiento de los senos, la aparición de la barba, etcétera, aumenta la inconformidad con su cuerpo, porque si se percibe a sí mismo como un hombre trans o niño trans y le crecen los senos o, al revés, es una niña trans que le comienza a cambiar la voz o le aparece la barba, esas cosas agravan o dificultan el proceso", menciona.

Lo que hacen estos tratamientos es inhibir la producción de hormonas sexuales, que son las que producen esos cambios.

Los medicamentos utilizados tienen una ventaja práctica: no tienen una acción permanente --a diferencia de las cirugías--, es decir hay posibilidad de suspenderlos y eso da tiempo para que el organismo se recupere y siga con la ruta que tenía el cuerpo.

"¿Por qué eso es importante? porque el definir a una niña o un niño trans no es una tarea sencilla, es una cosa que hay que ir corroborando, yo siempre les digo a mis alumnos y pacientes: aquí el que nos va a decir cuál es la ruta es el tiempo, por un lado, y lo que va pasando con la persona, favoreciéndose el desarrollo psicosexual y el desarrollo en general de la persona", señala el académico e investigador.

Aclara que en México, en los lugares oficiales de atención a las personas trans, sí hay una recomendación de esperar hasta los 18 años para el tratamiento hormonal.

"Habemos muchos que pensamos que esa es una intervención válida siempre y cuando se haga con la conciencia de que necesitamos dar seguimiento. ¿Algunos se arrepienten? Sí, la minoría. Entonces, si se hace una intervención no definitiva, eso puede ayudar mucho y el beneficio es claro", añade.

Algo muy importante que los especialistas han descubierto es que la sensación personal de molestia y desarmonía de estas personas no ocurre en sí por su condición, sino por las reacciones sociales, de la familia y en la escuela.

"Toda esta sensación de rechazo, de disciminación, esas sí generan psicopatología, esas generan malestar y muchas veces distorsión en el crecimiento de estas personas", precisa Rubio.

Discordancia de género

Otro de los mitos que ha quedado superado es que las personas trans tienen un trastorno o enfermedad mental. La Organización Mundial de la Salud señala que viven con una condición de discordancia de género.

"Las personas que tienen esta condición no empiezan en la adultez, empiezan desde pequeñitos y pequeñitas. Tienen esta sensación de que algo no checa entre lo que les dice la sociedad y lo que sienten", explica Rubio, Doctor en Sexualidad Humana por la New York University.

"Y esa cosa que no checa, empieza a hacerse notar muy, muy temprano en la vida, a los 6 años, 7 años, a veces un poco antes", agrega.

La investigación científica ha corroborado que en la identidad de género hay un componente social, pero, sobre todo biológico, explica el especialista.

"Ahora tenemos mucha más información en el sentido de por qué esta sensación comienza tan temprano, y, en términos muy simples, en el desarrollo neurocientífico se han detectado diferencias estructurales en las personas que tienen esta condición, que probablemente expliquen porque sienten que no cuadran las cosas", menciona.

El asunto del género, agrega, cada vez se complejiza más. Tiene muchos componentes sociales y políticos, advierte.

"Hay mucha gente que cree que entiende y hay legisladores que quieren prohibir cosas que ni siquiera se hacen en ningún lado del mundo, y hay otro elemento cultural que es lo que denominan ideología de género, que presenta una visión de las personas discordantes muy lejana de lo que realmente les pasa", señala al referirse a la propuesta de la diputada panista del Congreso de la Ciudad de México, América Rangel, quien en febrero pasado hizo una propuesta para prohibir las cirugías en menores de edad.

El especialista señala que la ideología de género --un término que se utiliza de manera negativa para cancelar o desestimar la diversidad sexual y de género--, supuestamente reconoce que la identidad sexual es una cuestión de preferencia personal, que todos tenemos que respetar.

"Una cosa es que haya la conciencia de que hay que reconocer a un niño o niña trans y respetarlo, y otra cosa es como si se tratara de elegir tu carrera, como si fuera la elección de una profesión, porque si hay una cosa aquí que es muy clara, uno eso lo puede atestiguar cuando trabaja con estas personas, es que hay todo menos elección, esto no se elige, esto se descubre, entonces ese temor de que están destruyendo a nuestras infancias, es una cosa de no entender estas dinámicas", aclara.

Cirugías ¿ayudan?

Aunque no siempre son necesarias, las intervenciones médicas ayudan a las personas trans a ajustar la percepción personal de sí mismos, indica el doctor Eusebio Rubio-Aurioles.

"Básicamente es lo que antes se llamaba reasignación y ahora se llaman tratamientos de reafirmación de género. Lo que se trata de hacer es que esta percepción que tiene el individuo se ajuste a su imagen, su corporalidad", menciona.

Hay dos grandes intervenciones: una es con la manipulación de las hormonas y la otra, a través de cirugías médicas, con las cuales se modifica la apariencia personal para que sea más cercana a su sensación o percepción personal, llamada identidad de género.

"Las cirugías son mal entendidas, porque todo el mundo dice: es una cirugía para el cambio de sexo, eso no se cambia, lo que se hace es adecuar el cuerpo a la percepción de la persona, y lo que cuesta mucho trabajo transmitir a personas que no están lidiando con estos problemas es que no es una ocurrencia de la persona, algunos dicen: es que ahora le entró la idea de ser mujer, no, no, no, eso no pasa. No es una ocurrencia, es una situación que ha estado acompañando a la persona durante toda su vida", aclara.

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