Israel García Reyes
La formación de baches es uno de los mayores problemas que los conductores de vehículos enfrentan al circular en la ciudad.
De acuerdo a expertos llanteros y mecánicos automotrices, caer en un bache puede provocar severos daños en las partes de una unidad de motor.
Señalan que existen dos factores principales que influyen en el impacto y por ende en la afectación causada: la velocidad con la que circuló el vehículo al caer en el bache y la profundidad de la depresión.
Estos desniveles ocurridos en el suelo o pavimento se producen por el hundimiento de la superficie y principalmente se originan por la filtración del agua, particularmente en época de lluvias.
Las piezas específicas de los vehículos que se ven afectadas tras la caída en un bache son los neumáticos, rines, dirección y suspensión, respectivamente.
El impacto de caer en un bache puede generar deformaciones en los neumáticos, lo que puede ser peligroso porque no funcionará de forma correcta y al proporcionar un mal manejo el vehículo pierde estabilidad, lo que facilita sufrir un accidente.
Un golpe directo puede generar que la llanta tenga una bola, lo que a altas velocidades, por ejemplo en carretera, puede hacer estallar y provocar un accidente, por lo que lo recomendable es cambiarlo rápidamente para evitar daños en el mismo neumático.
A su vez, otras de las partes que se dañan son los componentes de la suspensión, la consecuencia de esto es que el vehículo se desalinee y el manejo no sea óptimo.
Asimismo, la mejor forma de evitar caer en un bache es conducir a las velocidades marcadas por las señales de tránsito e ir atento al camino.
Otros problemas que afectan a los neumáticos y la dirección de un auto son los topes o reductores de velocidad, los vados, el pavimento mojado y la gravilla, además de los trabajos inconclusos que se dejan al momento de hacer reparaciones en el sistema de agua potable y drenaje, además de las alcantarillas sin tapa.
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