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Pérdida del cabello, una secuela del COVID que deja inseguridades

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Foto(s): Cortesía
Agencia Reforma

CIUDAD DE MÉXICO.- A estas alturas de la pandemia de COVID-19, con cerca de 7 millones de contagios registrados tan solo en México, quienes se han infectado saben que junto con el sentido del gusto y del olfato también puede desaparecer el cabello.

Y aunque esto último quizá resulte insignificante contra toda la serie de daños y secuelas a largo plazo que puede producir la infección, para muchos sí ha sido una cuestión tan relevante como para buscar la atención de un especialista.

"Fíjate que sí, ha aumentado toda la atención a personas que han tenido Covid", comparte en entrevista el doctor Enrique Orozco, director de la Clínica capilar DrEO.

Si bien en la mayoría de los casos el cabello ha vuelto a crecer pasado un tiempo de haber superado el cuadro infeccioso, desafortunadamente hay un porcentaje de personas para quienes esto no sucederá.

"Va a ser, más o menos, entre un 7.5 y un 15 por ciento a los que le va a afectar para toda su vida en el proceso de calvicie", calcula Orozco, especialista en tricología y trasplante capilar.

"Hay que entender que la mayoría de estos casos son personas que ya tenían predisposición (a la calvicie); entonces, se acelera el proceso y se cae el cabello mucho más rápido".

Una reación postcovid

El especialista explica que esto se debe a que dicho proceso de caída, llamado técnicamente efluvio telógeno postcovid, puede llegar a acabar con las "reservas" de cabello de las personas.

Esto a través de una alteración del ciclo capilar, en la que se detiene de manera repentina la fase de crecimiento de los folículos pilosos -conocida como anágena-, y se da paso a las fases de involución -catágeno- y de reposo del folículo -telógeno-.

"Lo que ocurre es que (el cabello) pasa muy rápido por una fase que es como de recambio; entonces, empieza a caerse y a caerse, porque realmente está recambiándose el cabello, y se empieza a adelgazar muy rápido", detalla Orozco, enfatizando la necesidad de frenar esta alteración.

"Es como si tuvieras cierta cantidad de cartuchitos en la vida; digamos, 100 cartuchos para un pelo, y te los acabas todos, entonces ya no tienes para el siguiente", ilustra. "Es como si te acabaras el cabello; lo que tenías para toda tu vida te lo acabas más rápido".

A pregunta expresa de cómo un virus cuya infección es sabido que no se limita únicamente a lo respiratorio logra impactar de esta forma en la piel cabelluda, Orozco precisa que es debido a dos mecanismos principales: daño a la vasculatura y disminución de los niveles de oxigenación.

Y aquí el especialista pide imaginar los folículos como peces en un acuario: sin alimento ni oxígeno no pueden sobrevivir.

"(El Covid-19) disminuye la oxigenación, y pasa el mismo efecto que tenemos con el cigarro en el cabello: le llega menos oxígeno al cuero cabelludo, y eso va a disminuir la cantidad de respiración que tiene el cabellito. Entonces, disminuye el grosor, el tamaño, y hay una miniaturización del proceso del folículo.

"Además de eso hay daño vascular -los vasos sanguíneos, las arterias, las venitas-, y eso disminuye también el flujo sanguíneo", continúa. "Con esto básicamente lo que está pasando es que el folículo no tiene comida ni oxigenación".

Estés, otro enemigo

Sobre todo, Orozco no es omiso en cuanto al rol que ha jugado el estrés en estos casos de pérdida del cabello. Y no sólo el estrés psicoemocional por las dificultades inherentes a una pandemia, sino también el metabólico y el ambiental.

"Imagínate: estrés, estrés, estrés. Te va cambiando muy rápido los cartuchitos, los va haciendo cada vez más delgados, más chiquitos; hasta que nosotros percibimos que se cayó el cabello, pero no se cayó realmente nunca, lo fuimos involucionando hasta una fase de vello", apunta el experto.

"Los pacientes en los que se dio más la caída severa de cabello fueron, obviamente, los que resintieron más el Covid pero de forma espectacular, los que llegaron a terapia intensiva. Porque ahí perdiste masa muscular, proteínas, carbohidratos, perdiste todo, y entonces no tienes una buena conformación del folículo", agrega.

Entre sus recomendaciones para cuidar y prevenir la caída del cabello está mejorar la alimentación implementando proteínas de buena calidad, como pescados; consumo de suplementos, como biotina, y la combinación en el uso de champú -que mejora la calidad de la piel cabelluda- y lociones con sustancias como minoxidil, un fármaco vasodilatador.

Al final, al menos así lo ha notado el especialista, el cabello no ha sido un tema de poca importancia durante la pandemia, periodo en que incluso algunos hombres han aprovechado para hacerse un trasplante de cabello. Pero en tanto las infecciones continúen, una valoración previa siempre será necesaria.

"Yo le pongo el cabello nuevo y justo le da Covid a las dos semanas, y si pasa eso entonces la posibilidad de que el folículo se pierda en mayor cantidad es muchísimo mayor", expone Orozco.

"Con una persona con alopecia secundaria por Covid lo que yo haría es primero estabilizar", prosigue. "Decirle: '¿Sabes qué?, mejor nos aguantamos tantito, vamos a recuperarlo con el tratamiento y vemos hasta donde (vuelve a crecer). Para que tampoco te ponga cabello que no necesitas'", ejemplifica.

Aqueja a mexicanos calvicie y alopecia

Al margen de las secuelas por COVID-19 que inciden en la caída del cabello, en problemas de calvicie y alopecia  México ocupa el segundo lugar después de Brasil en América Latina y el número 8 a nivel mundial.

En el país, cinco de cada diez hombres entre 20 y 30 años de edad tiene calvicie, y en mujeres la proporción es de tres por cada diez; conforme avanza la edad, la incidencia entre hombres aumenta a ocho de cada diez, de acuerdo con datos proporcionados por el doctor Enrique Orozco.

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