EF/Bloomberg / Nacha Cattan
Días antes de la Cumbre de los Tres Amigos en Washington, el presidente Andrés Manuel López Obrador tiene una nueva forma de vender su plan de que Estados Unidos amplíe enormemente las visas a migrantes: Norteamérica necesita desesperadamente trabajadores y México los tiene en abundancia.
López Obrador dijo que no puede haber crecimiento económico sin una fuerza laboral. Agregó que hay muchas cosas a favor como región y que quizás lo más importante es la fuerza laboral, joven y creativa de México e insistió en que es importante tratar el tema de la migración de manera diferente.
El mandatario adelantó que plantearía el tema en su reunión del 18 de noviembre con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, conocida como la Cumbre de los Tres Amigos.
Varias industrias en EU se han visto afectadas por la escasez de trabajadores en medio de una recuperación económica mundial. México planea defender un importante programa en EU de trabajadores invitados para aliviar algo de esa presión durante la reunión trilateral, según un funcionario mexicano con conocimiento directo del asunto quien pidió no ser identificado.
López Obrador ha pedido que se regule la inmigración, ante un número récord de choques entre funcionarios estadounidenses y viajeros que intentan cruzar ilegalmente la frontera desde México.
El presidente primero presentó a Biden su propuesta de un programa de visa de trabajo durante una reunión virtual en marzo. En ese momento, dijo que quería que EU acepte entre 600 mil y 800 mil mexicanos y centroamericanos anualmente para un plan de trabajadores invitados que comparó con el Programa Bracero de la era de la Segunda Guerra Mundial.
EU no se ha expresado públicamente sobre la propuesta de AMLO desde entonces. Incluso con una escasez de trabajadores, ampliar el acceso de los migrantes a las visas sería políticamente difícil para Biden dado el creciente sentimiento antiinmigrante en el país.
La fecha
18 de noviembre AMLO se reunirá con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau.
