La Arquidiócesis de México dio a conocer un documento que contiene consejos para la comunidad católica para vestir al Niño Dios este próximo 2 de febrero, Día de la Candelaria. Para esto, indica, no es correcto vestir de cosas raras a la imagen de Jesucristo Niño, así como tampoco la imagen debe recibir el trato de muñecos o juguetes.
El documento especifica que vestir al Niño Dios no forma parte de la liturgia de la Iglesia, sino que se trata de una tradición popular que las personas han adaptado para rendirle homenaje y mostrarle su cariño, y por ello la Iglesia es flexible.
La Arquidiócesis, a través de la revista Desde la Fe, llamó a la ciudadanía a no vestir de cosas raras la imagen del Niño Dios, ya que en los últimos días han aparecido comentarios en redes sociales sobre la idea de vestir al niño Dios con el atuendo de la llamada “Santa Muerte”, devoción contraria a la fe católica.
“Con tristeza, cada vez más se ven vestidos del Niño Dios que provienen de ideas distintas o contrarias a la fe, por lo que sugerimos que las imágenes deben de ser, en la medida de lo posible, bellas, dignas y tratadas con decoro”, menciona el comunicado.
Además, la Iglesia Católica asegura que las imágenes de Cristo no pueden recibir el trato de muñecos o juguetes, ya que reciben una bendición especial y se les coloca dentro de un lugar especial.
“Cuando se juega con una imagen religiosa o se le falta al respecto, la imagen puede perder la bendición y se puede cometer un sacrilegio”, aseguran.
Indicaron que no es necesario cambiar de vestimenta cada año al Niño Dios, ya que muchas familias pueden estar pasando por una crisis, por lo que recomiendan, en ese caso, darles mantenimiento, es decir, lavar o reembellecer el trajecito que ya tiene.
Para quienes vestirán a su Niño Dios el próximo 2 de febrero, recomendó ataviarlo con el traje de alguna advocación, por ejemplo: de Niño de las Palomitas, de Nazareno, de Sagrado Corazón, de Señor de la Misericordia, de Cristo Sacerdote, de Buen Pastor, del venerado Niño de Atocha, entre otros.
Apuntan que aunque la tradición popular tiene muchos elementos positivos, también suele inventar normas que no son indispensables, como por ejemplo cambiar de padrinos a la imagen o que deben pasar tres años para poder sentarlo.
