A 21 años de su deceso, que se cumplirán este lunes, el compositor mexicano de orquesta Eduardo Mata sigue vivo en la memoria de este país, donde es considerado el mejor director de orquesta de los últimos tiempos.
Tenía 53 años cuando perdió la vida en un accidente aéreo, sin embargo, su obra y sus iniciativas perduran en el tiempo, tal es el caso de la Orquesta Juvenil Eduardo Mata (OJUEM), los Solistas de México y el premio internacional de orquesta que lleva su nombre.
De acuerdo con sus biógrafos, el músico nació el 5 de septiembre de 1942 y comenzó su preparación artística a los tres años de edad, con la guitarra, para años después ingresar al Conservatorio Nacional de Musical, academia en la que estudiaría con el reconocido compositor Carlos Chávez.
El portal “www.colegionacional.org.mx” explica que la carrera de Eduardo Mata se inició rápidamente y para 1965 ya había sido director de orquesta residente en el Festival del Berkshire Music Center.
También fue director permanente de la Sinfónica de Guadalajara, y artístico de la ahora Filarmónica de la Universidad Nacional Autónoma de México (OFUNAM), entre 1966 y 1975. En 1984 ingresó al Colegio de México.
En su honor, desde hace 21 años se realiza en noviembre el Festival Eduardo Mata en Oaxaca, un evento dedicado a actividades musicales.
Para el crítico, pianista y cineasta Juan Arturo Brennan, la figura de Mata no fue valorada. “Somos un país con muy corta y pobre memoria histórica, y falta mucho para poner a Eduardo en el sitio que le corresponde”, opina.
Dejando de lado su labor como promotor cultural, Eduardo Mata dejó un legado de más de 50 piezas musicales compuestas por él, en las que destacan "Trío para Vaughan Williams", en 1957; "Sinfonía número 1 clásica", en 1962; "Los huesos secos", ballet, en 1963, y su "Sonata para chelo", en 1966.
El compositor murió la mañana del 4 de enero, cuando después de despegar su nave Piper Aerostar, ésta sufrió una avería en un motor que lo haría descender y estrellarse.
