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Soy un evangelista del rock

Foto(s): Cortesía
Agencia Reforma

CIUDAD DE MÉXICO.- Intenso en el escenario, explosivo en el micrófono, colorido en el doblaje, Sergio Zurita deja de lado las estridencias cuando habla de su pasión por el teatro, el cual le dio la vida, aunque de él no vive. Actor, director y dramaturgo, se define a sí mismo como "un evangelista del rock" y explica qué tiene en común con Winston Churchill, a quien personifica en 3 días en mayo. Y, sí, también habla de Bob Dylan.
¿Necesitamos teatro?
Yo lo necesito, no todo el mundo lo necesita.
¿Para qué?
El teatro es mi vida, lo necesito para existir. En esa selva cruel de la secundaria en la que tienes que tener un rol o ser nadie, y si no eres estás muerto, a mí el teatro me dio identidad.
¿De niño te disfrazabas?
Mucho. De superhéroes, o de vaquero, o de cosas así. Tenía un abuelo muy consentidor al que le pedía un disfraz y me lo conseguía, me lo hacía, o me lo mandaba a hacer.
¿De qué te sirvió haber padecido bullying?
El trauma en sí mismo no sirve para nada. Me sirvió para desarrollar un ingenio, un sentido del humor y, de hecho, para desarrollar cualquier tipo de talento que tenga.
¿Hacer teatro es un asunto, como decía Churchill, de sangre, sudor y lágrimas?
Sí, por supuesto. Desde cosas tan sencillas como encontrar dónde ensayar, hasta errores en la construcción de la escenografía o simplemente juntar a tres actores en esta ciudad, jajaja. Sí, es sangre, sudor y lágrimas, siempre.
¿Y por qué lo sigues haciendo? ¿Te da fama, dinero?
No, no, ninguna de las dos. Cuando estoy arriba del escenario, el tiempo transcurre de otra manera y estoy más vivo.
¿Es una adicción el escenario o al aplauso?
No sabría si es una adicción. Es una necesidad, pero no sabes ni por qué. Eso es lo más bonito: es un misterio. Por qué lo hace uno, no sé. Es como preguntarme por qué se enamora uno. Y eso que los días y minutos previos al estreno son agónicos, de un terror espeluznante.
¿A quién se le ocurre hacer teatro en la era de los youtubers?
Actualmente, hacer teatro es nadar contra la corriente, pero no de manera caprichosa, sino para decir algo. Lo quiero decir a través del lenguaje teatral y estoy seguro que la experiencia de una buena función le puede cambiar la vida a un público.
¿Tanto así?
Estoy seguro de que el teatro tiene ese poder.
¿A ti alguna obra te cambió la vida?
¡Claro! True West, de Sam Shepard, dirigida por Ángeles Castro. Verla me hizo decir: "yo quiero decir y hacer exactamente lo que está ahí arriba de ese escenario".
¿Qué se necesita para hacer teatro en México? ¿Estar loco?
Como dice Horacio Villalobos, una obra de teatro te cuesta la vida. Entonces, más te vale que te guste mucho la obra para levantar ese proyecto, porque tienes que dar la vida.
Y, al vivir por el teatro, ¿se puede vivir del teatro?
Sí se puede. Yo nunca he vivido del teatro. Eso lo tengo confesar.
Pero no lo sueltas.
¡No, jamás!
Alguna dijiste que "te prostituías" en varios lados para poder ser casto en el teatro...
Sí, sí, sí, de la puerta del teatro hacia afuera haré lo que sea. Pero del teatro para adentro el control es mío, en los proyectos que levanto y en los proyectos que acepto, el control es mío, nadie me va a decir que le cambie una coma, un punto, que cambie de actor.
Si te hubieras quedado en San José de Gracia, Michoacán, ¿habrías sido narco o paramilitar?
Si me hubiera quedado, me hubiera ido. Probablemente, me hubiera ido a Estados Unidos como se fueron todos mis amigos. Salvo uno que tenía dinero, los demás se fueron de braceros.
¿Cuántos libros has leído en tu vida?
No tengo idea. Te puedo decir cuántos libros he comprado: 8 mil.
¿Los conservas todos?
Sí, sí, sí, es una biblioteca enorme. Pero vamos a suponer que de esos 8 mil, he leído completo el... ¿7 por ciento? Jajaja.
¿Por qué?
Porque un buen lector, como dijo Gabriel Zaid, no tiene por qué acabar un libro. O sea, tú compras un libro, pero si no te gusta, no lo acabes. ¡Déjalo!
¿Y para qué sirve un libro que no se lee?
Como dijo Warren Zevon, un gran compositor y músico de rock, lo que compras es la ilusión de que vas a tener tiempo para leerlo.
En tu iPhone, ¿cuántas canciones tienes?
La última vez se acercaba a las 10 mil. No puedo subir ninguna otra. Ni siquiera puedo tener aplicaciones.
¿Cómo te defines para quien no te conoce?
Yo soy Sergio Zurita, un evangelista del rock, jajaja. Un evangelista cuenta las historias de Cristo, yo cuento cómo Elvis caminó por las aguas de Miosis. Haciendo teatro o haciendo radio, eso es lo que soy: un evangelista del rock.
¿Por qué, en México, no tenemos un Churchill?
Esos estadistas son de otra época. No existen ni en México ni en ningún lugar del mundo. Pero no existen para bien ni para mal. No tenemos un Churchill, pero tampoco al más grande asesino de todos los tiempos: Stalin.
¿Hay algún político que inspire actualmente?
Peña Nieto me inspiró hace unas semanas con su política respecto al matrimonio igualitario y a la adopción por parte de personas del mismo sexo, esa clase de cosas me inspiran. Pero es una en seis años.
¿Tú habrías pactado con Hitler?
No, no, no. En ese sentido yo soy como las abuelitas: de inmediato me doy cuenta cuando alguien es perverso. Jamás estuve con López Obrador, ni con Marcos. Hay gente que los ve como la alternativa, como una izquierda verdadera, pero no es cierto. Y Churchill lo vio con Hitler.
Churchill era optimista y decía que era inútil no serlo, ¿y tú?
Yo soy sumamente optimista, pero como diría John Mellencamp -mis referencias son puros rocanroleros: espero lo peor, pero tengo la esperanza de que ocurra lo mejor.
¿Cómo venciste al perro negro de la depresión?
Al perro negro... como diría Churchill. Cuando me divorcié, murió mi mamá, estaba muy deprimido y de pronto me habló mi amiga Carmina Narro para invitarme a una de sus obras de teatro. De ahí me agarré. El teatro me volvió a salvar.
¿Cuál será tu epitafio?
"Por fin conoció a Frank Sinatra".
¿Qué canción quieres que se toque en tu funeral?
Si tuviera que escoger sólo una, sería Blind Willie Mctell, de Bob Dylan.
Contigo Dylan es inevitable. ¿Eres una piedra rodante?
La canción de Dylan es en el sentido de alguien que no tiene nada, que va por la vida indefenso. Yo la traduciría: "cual hoja al viento". No lo soy, pues casi cualquiera puede cambiar su situación, en casi cualquier momento.
De My Back Pages, ¿ahora eres más joven?
Sí.
De You Are a Big Girl Now, ¿estás ahora en tierra seca o tú sigues bajo la lluvia?
No, yo estoy en tierra, yo estoy bien.
¿Cuándo fue la última vez que te dieron ganas de decir It's all over?
Frecuentemente, me dan ganas de decirlo. Pero ahí está la esperanza del otro lado.
¿Qué te hace llorar lágrimas de furia?
Ver que los mediocres se adueñen de los lugares que deberían ocupar los brillantes.
¿Cuál es el secreto para ser forever young?
No mirar hacia atrás.
¿Alguna vez has tocado las puertas del cielo?
¿He estado a punto de morirme? No. ¿He tocado las puertas del cielo? Sí.
¿Qué piensas cuando recorres el camino de la desolación?
Que, afortunadamente, todo cambia, nada se queda igual.
¿Cómo es el hombre en ti?
Eso es un Work in progress, lo voy descubriendo todos los días.
¿Qué harás el día que muera Bob Dylan?
Eso no va a ocurrir.
CINCO DATOS
1. Ha participado en decenas de obras de teatro entre las que destacan Aullido, con Diego Luna; El misántropo, con Silvia Navarro y Tiro de gracia, con Adal Ramones.
2. Para el montaje de Antes de irme, el amor, recurrió al crowdfunding y por medio de la plataforma Fondeadora obtuvo 349 mil 800 pesos. Su meta eran sólo 100 mil.
3. Como actor de doblaje ha participado en las versiones español de Guardianes de la Galaxia, Zootopia, Intensa mente, Bolt y Cars.
4. Durante más de 20 años ha sido locutor de radio. Actualmente conduce Dispara, Margot, dispara.
5. Junto con el siquiatra Mario Zumaya escribió dos libros: Pareja o matrimonio, decida usted e Irse o dejar ir, la pérdida amorosa.

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