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Rinden homenaje a la danza en el Juárez

Foto(s): Cortesía
Carina Pérez García

El bailarín y coreógrafo Federico Castro Castillo (1933), quien a sus 80 años de edad ha creado 72 obras y continúa formando a los jóvenes en esta disciplina, presentó en Oaxaca a la compañía que dirige en Puebla, Los constructores. Cinco coreografías fueron las que presentaron en el Teatro Juárez a invitación de Luis Javier López y Noel Suástegui, fundadores de la Compañía Universitaria de Danza Contemporánea Metamorphosis.


Las piezas que mostraron al público oaxaqueño dieron muestra del arduo trabajo del ex integrante del Ballet Nacional de México que dirigió Guillermina Bravo, a quien considera su máxima maestra. Cierto de que la danza es una profesión de tiempo completo, por primera vez mostró su trabajo con la compañía poblana, en dos funciones en las que compartió escenario con la compañía de danza de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO).


Coreografías contundentes de su creación y otro par, de la de sus bailarines, celebraron en una función homenaje la trayectoria del creador nacido en Acolman, Estado de México. Para el director de Metamorphosis y el maestro de técnica de la compañía oaxaqueña representó un honor recibir al coreógrafo mexicano y a Los constructores.


Los temas abordados por ambas compañías aluden a la problemática social. En especifico el caso de Malinche, de Noel Suástegui, se refiere a una pérdida de identidad, valores, tradiciones y cultura en aras de la modernidad y el consumismo .


En el escenario vimos a un danzante zapoteco que muere en un duelo por el poder, a manos de un joven empecinado en mostrar la contundencia de la modernidad, la enajenación y la indiferencia. Interpretados por Elías López y Daniel Leyva, de Metamorphosis, la primera pieza de esta coreografía cautivó al publico.


En la segunda parte Noel Suástegui propone otros tipos de muerte, la muerte por violencia de estado. Abordó el tema de los 43 en la danza. Personajes atormentados, con miedo y ensangrentados encarnaron los integrantes de la compañía y del taller permanente de danza que prepara ya una nueva generación de bailarines oaxaqueños.


Dos noches seguidas el público vivió la danza al lado de dos coreógrafos reunidos por primera vez. Ambas compañías bailan Graham; la ejecución de los bailarines mostró el gran nivel en esta técnica y celebró la pasión por esta disciplina que en los dos casos tiene por sentado que exige entrega de tiempo completo.

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