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Don Giovanni: seria, sensual y sobrenatural

Foto(s): Cortesía
Redacción

El Metropolitan Opera House de NUeva York (Met) nos entregará la Don Giovanni de Wolfgang Amadeus Mozart. Es una ópera bufa o drama giocoso y si es divertida, a la vez que tremendamente seria, sensual y sobrenatural, que hacen una síntesis exacta. Mozart recoge una saga de larga trayectoria en el imaginario popular para realizar, con Lorenzo da Ponte como libretista, una de las obras más fascinantes del repertorio universal.


Desde luego que es divertida, mas detrás de un argumento aparentemente trivial, sobre las aventuras de Don Juan, hay un complejo de textualidades que la hacen perdurable y mantendrán su vigencia durante los siglos venideros. La crítica se ha ocupado de mencionar el conflicto con los valores de la sociedad y han surgido dudas sobre la extensión interpretativa. Menciono algunos aspectos: ¿es Don Juan un héroe?, ¿ un villano?, ¿un seductor serial, un perverso? Hay dos respuestas ambivalentes para cada pregunta.


También puede explicarse la obra como muestra de la inequidad social, o de la libertad irrestricta -para algunos por supuesto-, de las derivas de la nobleza en las monarquías; también se ha considerado a la obra como portavoz de la razón desde la perspectiva de la ilustración, y no han faltado los señalamientos religiosos considerando a Don Giovanni como el gran pecador.


Ofrezco una lectura en dos niveles: el de lo aparente, lo manifiesto, que describiría una síntesis de la ideología ilustrada prolongada en la modernidad y llega a la posmodernidad. Para Don Giovanni la divisa sería: Viva la libertad, matizada por la generosidad como táctica de seducción con su dosis de placer orgástico, tan grande para el hombre como para la mujer (o mejor dicho: tan más grande para la mujer), aunque a este siga el dolor; Io cangiero tua sorte, le dice a Zerlina en vías de conquista. Para Ana, Ottavio y Elvira lo esencial es la inserción de los sujetos en el contrato social, alusión a la importancia de Rousseau en esa etapa de las luces.


Para Leporello, fiel sirviente de Don Juan y en sincronía con su amo la necesidad de las mujeres. Y aquí toco un tema poco descrito fuera de algunos campos especializados. La necesidad en dos sentidos: por una parte necesidad de Don Giovanni, necesidad menor en realidad que enmascara la otra parte: la necesidad que tendrían las mujeres de ser amadas por Aquel (sí, con mayúscula) que pudiendo tener cualquier otra se decide por la deseante de la ocasión, es decir, en la ópera subyace un hilo conductor que se ha denominado un fantasma femenino, el deseo profundo, inconsciente por supuesto que tienen las mujeres (bueno, sí, no todas, estoy de acuerdo; pero falta saber quíen no) de ser amadas por encima de las otras.


La contraparte puede ilustrarse en una expresión harto conocida de aquellas que se sientes desplazadas en el amor de su partenaire por otra, la otra, en cualquiera de sus formas, como por ejemplo: ¿qué le verá a esa?, ¿qué tiene esa que no tengo yo?, y otras por el estilo. Hay además una síntesis de individualismo y la construcción de una metáfora laica que representaría para una mujer el matrimonio con el gran otro.


¿Cuándo y dónde?


Sábado 22 de octubre, 11:55 horas, Teatro Macedonio Alcalá.

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